Rafael Nadal quiere seguir haciendo historia en el tenis y en Roland Garros. El tenista español, hoy quinto del orbe, buscará, a las 09.00 de este domingo, su decimocuarto título en la tierra batida francesa para acrecentar más su leyenda en el Grand Slam parisino.
Rafa no quiere parar de romper marcas. Con 13 trofeos en Francia, el de Manacor se instaló en otra final tras derrotar por retiro a Alexander Zverev (3°), quien sufrió una cruda lesión al tobillo en el segundo set. Momentos de tensión que hicieron que el silencio se apoderara del Court Philippe Chatrier mientras el alemán gritaba.
Tanto fue el dolor, que el jugador tuvo que retirarse en silla de ruedas y, después de unos minutos de revisión médica en los camarines, debió abandonar.
Por contrapartida, Casper Ruud (8°) tuvo una llave que, en su inicio, parecía más compleja, especialmente porque su rival, el experimentado Marin Čilić (23°), se llevó la primera manga por 6-3. Sin embargo, el noruego pudo despertar a tiempo y, desplegando su mejor versión, dio cuenta del croata en los tres sets siguientes, por 6-4, 6-2 y 6-2.
El noruego hasta hace poco era solo una promesa del tenis, y tenía pósters del español en su pieza, soñando con blandir la raqueta como su ídolo. Una conexión que no se termina en la idolatría de uno para el otro, pues, además, conoce de cerca al español, ya que hace cuatro años puso su base de entrenamientos en la Rafa Nadal Academy.
Para Ruud la final cobra mucha importancia. Más allá de la evidente felicidad por ser el primer noruego que llega a una final en Roland Garros, el oriundo de Oslo nunca se enfrentó a su ídolo en partidos oficiales. Por ende, en la antesala del duelo, Ruud se sinceró frente a lo que significa para él la posibilidad de disputar el título del Grand Slam ante Nadal.
“Jugar contra Nadal en la final de Roland Garros es el mayor reto que hay en el deporte. Ha ganado las 13 finales aquí por lo que parece una labor imposible. Claro que va a ser duro porque todos sabemos lo gran campeón que es y que siempre juega bien en los grandes momentos. Voy a intentar disfrutarlo y soñar en que hago muchos golpes ganadores y puntos muy largos. Soy consciente de que no soy el favorito, pero tengo que creer que puedo ganar”, confesó.
Frente a frente, solo se han topado en entrenamientos en Mallorca. Por eso, Ruud contó, entre bromas, que nunca pudo vencer al español, pero que él siempre se mostró como el alumno respetuoso frente al maestro. “Es verdad que hemos jugado algunos sets de entrenamiento. Siempre me ha ganado. Jugábamos en su academia y quería ser educado”, relató.
Una historia de idolatría
La devoción por la figura de Nadal es de larga data. Según cuenta el propio Ruud, se sabe de memoria las 13 finales que Rafa ha disputado en Roland Garros, y que por eso, ahora que él estará al otro lado de la red, es un sueño hecho realidad. Incluso, estuvo como público en la octava. “Creo que las he visto todas y podría decir con quién ha jugado en cada una de ellas. Es increíble poder estar allí después de ver en el otro lado de la red a jugadores como Puerta, Federer, Djokovic, Thiem, Wawrinka... Es algo que siempre voy a recordar a lo largo de mi carrera”, sostuvo.
Por eso, es una final que enfrentará a dos conocidos que no se han topado en los grandes escenarios del tenis mundial y que tienen 13 años de diferencia, con experiencias distintas. En los últimos cuatro años Ruud subió 140 lugares, hasta meterse dentro del top 10 del ATP y convertirse, por añadidura, en el noruego con mejor clasificación en la historia. Y desde febrero del 2020 hasta hoy, pudo conquistar ocho títulos.
En torneos de mayor prestigio, alcanzó recientemente su primera final de Masters 1.000 en Miami, la que perdió ante Carlos Alcaraz (6°). Ahora, enfrenta su primera final en un Grand Slam, después de que su mejor performance en torneos mayores haya sido en Australia este año, cuando logró llegar a los octavos de final.
Y, por el lado del de Manacor, no mucho más que decir: 21 títulos de Grand Slam, el más ganador de este tipo de torneos, que en su nutrido y extenso palmarés tiene la friolera de 91 coronas individuales.
Así, en una final inédita, Nadal busca seguir extendiendo su legado tenístico, mientras que su rival llega con la esperanza de derrocar al ídolo del que se vio reflejado desde pequeño. Hoy, maestro y discípulo buscarán la gloria en Francia.