Alejado de la pelota, Rafael Caroca (30) vive sus días de cuarentena en Iquique. Solo los entrenamientos le ponen pausa a la vida familiar que disfruta estos días en casa, algo que el fútbol tantas veces le ha interrumpido. El volante regresó al club donde es feliz tras un tormentoso año en la U, donde fue parte de una dramática campaña que rozó el descenso.

¿Cómo va la cuarentena?

Estando en el departamento, sin salir. Hace dos semanas fui al supermercado. Estoy en familia, tranquilo, esperando que pase luego esto. Preocupados por lo que pasa, las desgracias, la gente que está sufriendo. Preocupa esta incertidumbre en la que uno está. Esperemos que no nos contagiemos.

¿Y sus entrenamientos?

Con los implementos deportivos que nos pasaron el día después de que se dejó de entrenar. Bicicletas, pesas, colchonetas y otras cosas, todo planificado por el PF. Nos nos da la preparación semanal y hay que reportarse día a día con video. Los miércoles hace una videoconferencia con todos. Está todo bien programado y todos lo hemos hecho de la mejor manera.

¿Agotan esas rutinas?

Depende de la planificación y las cargas que manden en el día. Obviamente no un entrenamiento normal.

¿Extraña la pelota?

Claro. Solo hacemos trabajos físicos, de mantención y fortalecimiento. Lo demás se extraña. El camarín, compartir con los compañeros, la gente, la rutina normal.

¿Se pone malo el futbolista sin entrenar en cancha?

Yo creo que afecta un poquito, pero todo se recupera

¿Y cómo mata el resto del día?

Llevándome bien con la familia, viendo series, jugando con mi hija, compartiendo con mi pareja, haciendo rutinas, jugando cartas, jenga, ordenando, haciendo aseo, riendo... Dentro de todo, lo que rescato es que se está con seres queridos. Aunque mis papás están lejos, estar con mi hija y mi novia lo disfruto a concho.

El parón los dejó duodécimos.

No fue el comienzo que nos propusimo. Desde el partido ante Católica tuvimos un alza. Pero sentimos que vamos por buen camino. Cambiamos el chip. Tomamos de la mejor manera los consejos, mayor trabajo, y se dieron frutos. Espero que cuando volvamos lo hagamos en la misma línea para lograr resultados.

¿Qué diferencia jugar en un equipo grande y uno de región?

La resonancia. La exigencia, por estar expuesto a la prensa, es mayor. Pero lo he tomado con profesionalismo en ambos lugares. Lo he disfrutado en los dos. Me siento feliz acá. En casa.

¿Cómo evalúa su paso por la U?

Prefiero no hablar de eso. Tengo cariño y obviamente hubiese querido tener mejor rendimiento. También soy autocrítico.

Y pensar que Bielsa lo consideró en un Esperanzas de Toulon...

También me llevó de sparring a la Selección. Aprendí mucho. Como miraban el fútbol era sorprendente, por las cosas que te decían y pasaban. Las cosas que te hacían entrenar, cómo se llevaba el día a día, la exigencia, la intensidad. Compartí con compañeros de la mayor elite. Fui sparring de compañeros que tuve ahora en la U, también de Colo Colo, que hasta hoy siempre han sido igual conmigo,humildes. Estoy agradecido de cada compañero que he tenido. Y espero haber dado una buena imagen. Siempre me preocupé de ser mejor persona y mejor jugador.

Pero eso de pasar por dos equipos archirrivales...

Eso no te lo discuto.

¿Entiende las críticas por pasar por más de un equipo grande?

Claro, uno entiende como es la hinchada y la gente, es respetable. Nada que decir. Yo lo hice de la mejor manera y siendo profesional. Siempre he estado agradecido por cómo se han portado conmigo.

Y ya le han reducido el sueldo.

Estamos es una crisis mundial. Es duro, pero hay que esperar que se resuelva y pase el virus. El club nos comentó su caso especial, sus costos, los gastos cubiertos y los que podrían afectar si es que esto sigue. Fueron muy transparentes con nosotros y nosotros igual. Llegamos a un consenso. Estamos afiatados en ese sentido y se logró que todos estuviéramos dentro de lo posible contentos. Se llegó a un acuerdo.