Rafael Nadal muestra su lado más íntimo. El español le puso fin a su carrera hace un mes. Ahora, desde el retiro, publicó una carta en The Players Tribune. Ahí rememora las enseñanzas de su tío Toni. “Recuerdo que, de vuelta a casa, estaba llorando en el coche y mi tío, que a esa corta edad tuvo una gran influencia en mí y que fue quien hizo que me enamorase del tenis, me dijo: ‘Está bien, es solo un partido de tenis. No llores ahora, no tiene sentido. Si quieres pescar, puedes pescar. No hay problema. Pero entonces perderás. ¿Y si quieres ganar? Si quieres ganar, lo primero es lo primero’. Fue una lección muy importante para mí. Si la gente me ve como un perfeccionista, es también por esa llamada interior que sentí aquel día en el coche de regreso a casa. Esa voz nunca me ha abandonado. Un día puedo estar en el mar, pero hoy y mañana; tenía que entrenar”, revela.
“Pasé muchos días en casa llorando, pero fue una gran lección de humildad y tuve la suerte de tener una familia que siempre han estado y están muy cerca de mí en todo y sobre todo mi padre, la verdadera influencia que he tenido en mi vida, que siempre fue muy positivo”, añade.
Según expone el extenista, se tratan de momentos inéditos para la opinión pública. “No lo había contado hasta ahora”, detalla. “La imagen que transmití al mundo no siempre fue lo que sentía por dentro. Hubo momentos en la pista en que tenía problemas para controlar la respiración y no podía jugar a mi mejor nivel. No tengo problema en admitirlo ahora. Al fin y al cabo, somos seres humanos, no superhéroes”, se sincera.
Ahora, mirando en retrospectiva, Nadal se refiere a esos momentos en que el cansancio lo superaba. “Hubo meses en los que pensé en tomarme un descanso absoluto del tenis para limpiar mi mente. Trabajé en ello cada día para mejorar, lo superé mirando siempre hacia adelante y, poco a poco, volví a ser yo mismo. De lo que estoy más orgulloso, a pesar de haber luchado, es de que nunca me rendí, siempre di el máximo. El jugador que se ve en el centro de la pista con un trofeo es una persona agotada, aliviada, feliz, agradecida, pero sólo una persona. Afortunadamente, no llegué al punto de no poder controlar cosas como la ansiedad, pero todos los jugadores pasan por momentos de dificultad para controlar la mente y cuando eso sucede es difícil tener el control total de tu juego”, contó.
Finalmente, abordó los grandes momentos de su destacada carrera en el tenis, donde compitió palmo a palmo con Novak Djokovic y Roger Federer por más de una década en los principales certámenes del circuito ATP. “Tampoco olvido torneos como Madrid y Barcelona en mi país, Indian Wells , Miami o Cincinnati, donde llegué por primera vez al puesto número 1 del Ranking ATP. El hermoso y para mi siempre especial torneo de Montecarlo, la sensación de cercanía de Roma, Shanghái y Pekín con esa increíble afición… Canadá, México, Chile, Brasil, mis primeros días en Buenos Aires… ¡Hay tantos!”, detalló.