Estaba destinado a ser uno de los partidos más estrechos de la Copa del Mundo y lo fue a ratos, pero el tricampeón Estados Unidos se impuso con consistencia ante Francia en el estadio Parque de los Príncipes, golpeando cada vez que pudo y sosteniéndose frente al asedio de Les Bleues, incluyendo quizás algún penal no revisado por VAR a favor de las locales.
Más allá del paso de las norteamericanas a las semifinales, donde chocarán contra la poderosa y joven Inglaterra, fue un momento estelar para Megan Rapinoe, quien completó ocho goles en los mundiales, igualando la marca de Mia Hamm, Alex Morgan y Christine Lilly. Y, mucho más allá del factor deportivo, la delantera de 33 años, destacada luchadora contra el racismo y la discriminación sexual, le retrucó en la cancha al presidente de su país, Donald Trump, en la dura polémica que sostienen desde que la futbolista respondió que no iría "a la puta Casa Blanca" si era invitada por el mandatario en caso de ganar la Copa del Mundo (que ya alzó en 2011), molesta desde siempre con las políticas de la actual administración en tales materias. "¡Debería GANAR antes de HABLAR!". "¡Termina el trabajo!", le replicó Trump al poco rato, a través de Twitter.
Cumple el reto
Y Rapinoe está cumpliendo con el reto planteado por el empresario devenido en político. Abrió la cuenta a los 5', con un tiro libre que cruzó entre compañeras y rivales ante de entrar en el arco. Sesenta minutos después anotó el segundo gol, asistida por Tobin Heath.
El descuento de Wendie Renard llegó muy tarde; las dirigidas por Corine Diacre no pudieron sacudirse el 1-2, mientras Rapinoe no se refirió al entredicho con Trump luego de terminado el encuentro, centrando sus palabras en aspectos futbolísticos. Los goles, esta vez, hablaron por ella.