"El Real Madrid juega a otra cosa", había dicho Xavi Hernández en una entrevista con el diario Marca. Se refería a que la calidad individual de los jugadores merengues se impone a diferentes contextos. En especial, a situaciones negativas que atraviesa en la temporada. Y lo consiguió de nuevo. En estos meses que no han sido fáciles para la entidad blanca, el equipo comandado por Santiago Solari logró un nuevo título. Se consagró campeón del Mundial de Clubes por tercera vez consecutiva tras vencer por 4 a 1 al Al-Ain.

El encuentro comenzó de manera vertiginosa para los españoles. En los primeros cinco minutos, los árabes tuvieron un par de situaciones para convertir. De ahí en adelante, el partido fue todo de los merengues. Bajo la batuta de Kroos, Modric y Benzema, los blancos arrinconaron al elenco negro en su propio campo. Asociaciones de alto vuelo, con velocidad en los pases y control de pelota propio de jugadores de élite. Una diferencia que fue notoria en los 90'.

El primer tanto fue obra del croata. El Balón de Oro definió tras una asistencia de Benzema. Después del gol ya no había partido. El Al-Ain ni siquiera podía hilvanar alguna contra, recurso que le hizo mucho daño a River el pasado martes. Trataron de refugiarse mediante la acumulación de jugadores cerca del área, pero la marca no era efectiva. El Madrid era profundo y generaba muchas oportunidades, en especial, con las triangulaciones del ariete francés con Bale y Lucas Vázquez.

A diferencia de encuentros pasados, los blancos tuvieron mayor claridad ofensiva en los últimos metros. Lograron profundidad, gracias a la amplitud que generaban Marcelo y Carvajal, que permitían la creación de espacios interiores para las llegadas de los volantes. Esto, sumado a la organizacióndel volante alemán y la creatividad de Modríc a espaldas de la línea de volantes rivales, produjeron un desconcierto táctico en el cuadro emiratí.

Y en la segunda parte, todo lo que generó el equipo de Santiago Solari fue concretado. Aumentó la efectividad y llegaron más goles. Un remate violento de Marcos Llorente puso el dos a cero y sentenció el partido. Minutos más tarde llegó el gol del capitán Sergio Ramos y un tanto en contra en los descuentos. Shiotani convirtió el del honor para los árabes.

"Estoy feliz, estos jugadores lo merecen, vienen ganando mucho y siguen con ganas. Esto es un broche por este grupo y por Zidane, que estamos acá gracias a él. Esto será difícil de igualar para cualquiera en el futuro", expresó Solari, DT del Madrid.

Llorente, luego de su gran partido y su primer gol con la camiseta merengue, también se mostró conforme: "Tanto la vida como el fútbol cambia de la noche a la mañana. Cuando te llega la oportunidad hay que aprovecharla. Es mi primer gol y estoy contento que haya sido en esta final. Hemos estado ordenados en defensa y agresivos en ataque. Pudimos generar muchas ocasiones", manifestó.

El Real Madrid, como dice Xavi, es un equipo diferente. Tiene tanta jerarquía que se ríe de las crisis. Otro título más para el elenco blanco, que de a poco va poniéndose a tono para el tramo importante de la temporada.