En poco tiempo más se iniciará una etapa histórica a nivel de Selección. Con la inminente llegada de Reinaldo Rueda a La Roja se dará comienzo al proceso postduelo. El gran dolor que significará ver el Mundial por televisión obliga a un trabajo donde la palabra "recambio" asoma indefectiblemente.

Este manoseado concepto, que es natural en todas las actividades humanas, ha sido malentendido y muy mal recibido. Esto último especialmente desde el plantel bicampeón de América, donde creen que esto busca jubilarlos o algo por el estilo.

Nada más lejos de la realidad. Pensar en un nuevo comienzo sin Bravo, Vidal o Alexis (entre otros) es absolutamente impensado. Un importante numero de estos jugadores seguirá vigente para el inicio del próximo proceso. Pero no es igual para todos.

Como no tenemos 50 jugadores de clase mundial, sino apenas tres, debemos necesariamente ampliar el foco de búsqueda y desarrollo en las selecciones menores y no en lo clubes.

Me explico. Una deseable cadena debiera ser: Club-Selección menor-Selección Absoluta. Solo así el jugador entenderá desde pequeño un idioma común que lo lleve de manera espontánea hacia arriba. No hay garantías, pero les aseguro que llegarán mejor preparados. El proceso será natural y no forzado.

Si esperamos que aparezca otro Alexis Sánchez o un clon de Arturo Vidal se nos pueden pasar 3 y hasta 4 mundiales. Si no me cree vea lo que pasó con Colombia después del retiro de las grandes glorias del fútbol cafetalero. Tuvieron que ver tres mundiales desde casa (Corea-Japón, Alemania y Sudáfrica). ¿Falta de talento? En ningún caso. Solo falta de visión, como lo aseguró el Pibe Valderrama.

No es mágico ni menos inmediato. Antes de cinco años difícilmente tendremos resultados masivos, pero les aseguro que si se le da continuidad podemos tener una promisoria cantera.

Para esto, que no es barato, se necesita el compromiso de la ANFP y la voluntad de los clubes. No meto las manos al fuego por ninguno de los dos. No hasta ver qué harán con el gran cheque de la venta del CDF. Recién ahí veremos la caras reales y si es posible, o no, pensar en el largo plazo y ver si se toman en serio la selección chilena. Llego el momento de trabajar, no de esperar otra generación divina.