Récord de sinsabores

Colo Colo y el estadio Monumental estaban preparados hace días para el homenaje a Esteban Paredes. Concretamente, desde que el goleador le anotó a Palestino y consiguió su 215º gol en Primera División. Con esa conquista, igualaba la marca de Francisco Chamaco Valdés, otro miembro destacado de la galería de ídolos históricos del equipo popular. En Macul, en todo caso, todos esperaban que lo superara. Hasta un helicóptero había para el tributo.

Los hinchas cumplieron con su parte desde comienzos de semana. Adquirieron 34 mil de los 38 mil boletos que, finalmente, los albos pusieron en venta. Inicialmente, habían solicitado aforo para 30 mil, pero la efervescencia por ser testigos del hito del Tanque obligó a pedir la concesión.

Ayer, las muestras de admiración al delantero comenzaron apenas Paredes pisó la cancha. La Garra Blanca, que le había compuesto un cántico especial, extendió una camiseta gigante con el apellido del delantero y el número 7 que ha ocupado en gran parte de su estadía en Colo Colo. Alguna vez usó el 30, cuando el objetivo albo era conseguir la trigésima estrella. Uno de los bombos de la barra llevaba su rostro.

Otros fanáticos llevaron globos metalizados, con números para conformar el 215 y, en el mejor caso, los que vinieran. Terminaron reprochando a los futbolistas y pidiendo la salida de Mario Salas. El club también tenía preparado el festejo para cuando Paredes igualara o superara los 216 goles.

Los únicos ajenos a la celebración en todo el recinto Macul fueron los jugadores de Cobresal. Rodolfo González lo siguió por todos lados. Rodrigo Ureña hubo un par de palabrazos en plena segunda etapa. Paredes, el festejado, tuvo que esforzarse para tocar el balón. Una vez tiró al arco, incómodo. El resto del partido, sufrió.