El Mundial de Qatar ha sido, de por sí, llamativo. Fuera del campo de juego, sobran las razones para debatir. En la cancha, también. Y en ese último escenario, lo que se ha llevado la mayor atención es el arbitraje. El VAR, que llegó para terminar con las dudas, las sigue produciendo. Y el offside automático, que llegó para ayudarle a su hermano tecnológico a disipar las aprensiones en torno al fuera de juego, también se ha transformado en materia de análisis. En Argentina, derechamente de críticas, al invalidar tres ataques que pudieron cambiar la suerte del infausto debut frente a Arabia Saudita.

Hay un tercer acápite relacionado con la aplicación del reglamento. En la cita de Medio Oriente ha llamado la atención el prolongado tiempo adicional que se aplica en los partidos. En el 6-2 de Inglaterra sobre Irán se jugaron 117 minutos y 16 segundos.14 minutos y ocho segundos se agregaron al final de la primera parte. Otros 13 minutos y ocho segundos, al final de la segunda fracción. En ese duelo, la explicación radica en las lesiones: el arquero asiático, Alireza Beiranvand, sufrió un traumatismo en la cabeza.

Un dato adicional: el penalti de Mehdi Taremi, en los 102 minutos y 30 segundos, fue el gol más tardío en un Mundial desde 1966.

Hay más casos. En el empate entre Gales y Estados Unidos e añadieron 14 minutos y 34 segundos. En la victoria de Países Bajos sobre Senegal, 12 minutos y 49 segundos. En el duelo inaugural, entre Qatar y Ecuador, se jugaron 10 minutos y 18 segundos más desde los 90 que contempla el reglamento.

Una instrucción clara

El italiano Pierluigi Collina, presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, había anticipado el escenario. El icónico exjuez destacó que Rusia 2018 había comenzado la tendencia a recuperar el tiempo perdido. Idealmente, todo. “(En el último Mundial) en Rusia, se hizo bastante normal que el árbitro asistente mostrara la pizarra con siete, ocho, nueve minutos”, recordó.

Ahora, la ordenes es incluso más precisa. “Recomendamos a nuestros árbitros que sean muy precisos a la hora de calcular el tiempo que hay que añadir al final de cada tiempo para compensar el tiempo perdido por un tipo específico de incidente”, reveló. “Lo que queremos evitar es tener un partido con 42, 43, 44, 45 minutos de juego activo. Esto no es aceptable”, sentenció.

El principio es claro. “Siempre que haya un incidente, como una lesión, una sustitución, un penalti, una tarjeta roja o la celebración de un gol, quiero subrayarlo porque es un momento de alegría para un equipo, para el otro quizá no, puede durar un minuto o un minuto y medio”, indicó. Incluso hipotetizó. “Así que imagina que en un tiempo se anotan dos o tres goles y es fácil perder cinco o seis minutos y este equipo debe ser compensado al final”, planteó.

Les llegó a todos

La orden les llegó a todos. Ese todos involucra a todos los árbitros que fueron seleccionados para ir al Mundial. De los chilenos, quien la recibió fue Julio Bascuñán. Enrique Osses también la conoció, pero en otra condición: es instructor de la FIFA y, además, el jefe de los jueces en el fútbol mexicano. “Sí, es una instrucción de la FIFA”, confirma a El Deportivo, en la misma línea que se había manifestado Collina.

Los parámetros son claros. Según Osses son cinco. “Sustituciones, chequeos silenciosos del VAR, posibles lesiones, revisión en la pantalla del VAR”, detalla. El quinto apunta a eventuales imprevistos. La coordinación con los jueces que están en la cabina del VOR, que administra el VAR, es clave. Desde esa ubicación surge una sugerencia al juez central respecto de cuántos minutos tendrá que adicionar. La determinación final es, en todo caso, suya.

La indicación no se tradujo en ninguna circular, pero los árbitros que fueron seleccionados para ir a Qatar la recibieron en las charlas técnicas que recibieron antes del evento. “Reciben instrucciones precisas”, profundiza Osses.

Jugar más

Como plantean Collina y Osses, la intención de la FIFA es aumentar el tiempo real de juego. En términos simples, que el balón esté más tiempo en circulación. “Es un objetivo en las grandes ligas del mundo y FIFA que los partidos tengan mayor tiempo efectivo de juego. El objetivo es que sean alrededor de 65 minutos”, profundiza el ex juez chileno, quien resalta que en el tiempo en que encabezó la Comisión de Árbitros a nivel nacional llevó la cifra a 51 minutos. La irrupción del VAR la bajó a 49 minutos.

En el Campeonato Nacional, Roberto Tobar asumió como propia la obligación de contribuir desde su puesto al desarrollo del juego. Fue lo que explicó a El Deportivo después del duelo entre Colo Colo y Universidad Católica, en el Monumental, en el que el registro llegó a 46 minutos. La marca se celebró. “Yo no privilegio mi postura como árbitro, yo arriesgo, aunque salga perdiendo, para que el fútbol nacional mejore. Es mi vocación. Pongo en riesgo mi arbitraje en función de que nuestro fútbol mejore”, explicaba, entonces.

Hay una cuestión de estilo. El estilo es mi convicción, mi motivación y por qué no decirlo, la justificación vocacional para querer ser árbitro: la de entregarle ritmo y que uno sea parte del desarrollo de nuestro fútbol. Ese es uno de los motivos”, resaltaba.

Ahora, ratifica la indicación. “La instrucción es recuperar casi la totalidad del tiempo efectivo que se pierde. Se conversó en FIFA. Se baja la información por instrucción en charlas técnicas”, especifica.

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