Colo Colo está en lo más alto del torneo, apenas seis meses después de vivir la peor pesadilla de su historia. Atrás quedaron esos 90 minutos de terror en Talca, donde los albos aseguraron la permanencia en un partido ante la Universidad de Concepción. Muchos cambios para un periodo tan breve de tiempo. Modificaciones en el plantel y en la cabeza de la institución le dieron un nuevo aire al Cacique, que hoy luce el título honorífico de “campeón de invierno”.
Al día siguiente de mantener la categoría, llegaron las primeras decisiones. En ese momento el directorio decidió la salida de muchos de sus emblemas, entre ellos el capitán Esteban Paredes, Matías Fernández, Jorge Valdivia, Julio Barroso y Carlos Carmona, además de los argentinos Pablo Mouche y Juan Manuel Insaurralde. En el fondo, los más experimentados del plantel. Con el correr del semestre, también terminó saliendo Nicolás Blandi, otro de los que no pudo consolidarse. Las salidas, también, renovaron absolutamente los liderazgos en el camarín y el ambiente se recompuso.
Con semejante estampida, Gustavo Quinteros pidió refuerzos. Hubo demora, pero la mayoría cumplió. Así llegaron Martín Rodríguez, Leonardo Gil, Miiko Albornoz y Emiliano Amor. A ellos se sumaron Felipe Fritz, quien tuvo escaso rodaje y terminó a préstamo en Curicó Unido, y Juan Carlos Gaete, quien no cumplió con la expectativas y terminó nuevamente de regreso en Cobresal.
Los más determinantes fueron Gil, Amor y Rodríguez. El primero se convirtió rápidamente en el caudillo de la mitad de cancha, entregando despliegue, buen fútbol y goles. Debutó anotándole a la UC en la final de la Supercopa y luego convirtió el único tanto albo en la victoria sobre la U en el Superclásico del 25 de abril. Su presencia fortaleció al equipo.
En el caso del defensa argentino, su aporte consistió en la solidez en el juego aéreo del equipo, algo que se notó de inmediato. De hecho, el propio DT valora que, desde que llegó el transandino, los albos no perdieron más. Y, por último, el paso de Tin, quien estuvo menos de un semestre, pero fue factor en varios de los goles del Cacique.
La irrupción de los de casa
Con la depuración del plantel para esta temporada, Gustavo Quinteros se vio en la obligación de echar mano a los jugadores juveniles. Ya en la campaña pasada, Jeyson Rojas terminó siendo titular, con apenas 18 años, lo mismo que Pablo Solari, quien se convirtió en el héroe de Talca. Sin embargo, para esta campaña el DT sumó a Vicente Pizarro como titular y también a Joan Cruz, quien en los últimos encuentros ha tenido más protagonismo. También hubo minutos para Daniel Gutiérrez, uno de los proyectos más interesantes del club. De todos ellos, Rojas es el que acumula más presencias, con 14 de 17, sumando 1.193 minutos.
En cuanto a los jugadores extranjeros, el que más minutos suma es el peruano Gabriel Costa, quien registra 1.214 minutos, tres tantos y seis asistencias, siendo uno de los jugadores más importantes del esquema albo, desempeñándose como puntero o como volante creativo. Le sigue Emiliano Amor, quien a pesar de sumarse con el torneo en marcha ya acumula 810 minutos en nueve presentaciones, todas como titular y jugando todo el encuentro.
Con estas variantes, el estratega ha podido moverse entre el 4-3-3, 4-2-3-1 y el 4-4-2, probando nuevas fórmulas. Debido a diversos contratiempos y a la cantidad de buenos rendimientos, Quinteros solo repitió formación las fechas 12 y 13, frente a Audax Italiano y Santiago Wanderers, respectivamente. Además, ha ocupado 37 jugadores, una cifra muy alta pero que se explica por el partido con Ñublense en el que prácticamente todo el primer equipo fue aislado por ser contacto estrecho, por lo que el Cacique se presentó con juveniles, cayendo 5-1 en Chillán.
La recuperación de Morales y el trabajo de Roldán
Uno de los mayores problemas que encontró el cuerpo técnico de Gustavo Quinteros a su llegada, fue el mal estado físico de sus dirigidos, debido a las repercusiones de los tres meses del plantel en el Seguro de Cesantía, lo que impidió que hubiera una relación con el club, pagando directamente las consecuencias. “Pudimos ajustar, porque maximizamos el tiempo. Los mínimos detalles hacen la diferencia y la competencia interna acá de jugadores hace que se eleve el nivel. Creyeron, nos creen y ahí el sacrificio del jugador se ve reflejado dentro de la cancha y eso tiene que ver con el presente”, señalaba a El Deportivo el preparador físico Hugo Roldán.
En esa línea, el uso de la tecnología ha sido fundamental para ir midiendo las cargas y administrándolas de mejor manera. De hecho, el PF, un fanático declarado de la modernidad en su área, por lo que ha implementado diversos sistemas de medición. Y, precisamente, uno de los mayores beneficiados con este trabajo fue Iván Morales. El delantero comenzó el año en medio de indisciplinas y luego debió enfrentar el fallecimiento de su madre. Una política de acompañamiento del club y todo el respaldo del entrenador fueron fundamentales para que el delantero no se descarrilara.
“Gustavo ha hecho un cambio en mí, que, la verdad, ha sido muy considerable. Eso a mí me llena del profe; que ha estado ahí en todas las situaciones: en las buenas y en las malas. Me ha dicho las cosas como tenían que decírmelas y ha sacado lo mejor de mí. Es un técnico súper importante y me marcó para el resto de mi carrera”, reconoció el goleador a este medio, hace algunas semanas. El puntillano ha respondido con 10 tantos en 15 partidos.
A pesar del dulce momento, Quinteros está inquieto por la llegada de los dos refuerzos que pidió, porque teme que con el actual plantel no le alcance para cumplir el objetivo final. Es por eso que en la reunión de directorio de este jueves es probable que ya exista una definición más clara para intentar satisfacer las necesidades que planteó el entrenador.