Antes de los Juegos Sudamericanos de mayo en Cochabamba, Elizabeth Cortez fue asaltada y apuñalada. "Puse el brazo y gracias a eso estoy viva", asegura la pesista, quien recibió el cuchillazo en un brazo, lo que la dejó fuera de la competencia sudamericana. Todo eso, de acuerdo con los documentos que ella posee.

Este lunes, Cortez denunció que le quitaron la beca Proddar, pese a las razones que tuvo para no ir a los Odesur, donde debía revalidar sus marcas. La deportista señala que esta situación no fue considerada por el panel técnico: "No presenté constatación de lesiones como me pedían, porque no me la dieron los abogados, pero sí adjunté el rol de la causa".

En el Ministerio del Deporte revisaron el caso, pero informaron que en el expediente no hay ningún documento legal que acredite que las lesiones se debieron a un apuñalamiento; ni rol, ni constancia de Carabineros. Sí hay un registro del recinto asistencial al que llegó, donde se señala que Cortez afirma que la causa de las lesiones fue un asalto. Todo, pese a que la deportista envió todos los antecedentes y documentos al IND.

El problema es que la pesista obtuvo la beca en 2015 al ganar el Sudamericano, pero tras eso no ha revalidado con resultados la beca, sino con certificados médicos por lesiones, tanto en 2016, cuando se lesionó, 2017, que estaba en período de recuperación, y ahora en 2018.

Eso la complica más aún, pues el reglamento de la beca Proddar indica que más allá de los motivos, pierde la beca quien no revalide sus marcas tres años seguidos, independientemente de los motivos que expliquen su ausencia de las competiciones.