Un regreso lleno de dudas

COPA AMERICA_ Argentina vs Chile (46090307)

Chile se va de la Copa América con extraño sabor de boca. Por un lado, el orgullo de quedar entre los cuatro primeros. Pero también, la duda sobre el futuro y la falta de jugadores de élite.



El regreso de Chile fue ayer de madrugada y en silencio, pero con el mismo semblante con el que despegó hace justo un mes. Así como llegó a disputar el torneo con muchas dudas, por la pobre etapa de preparación, ahora vislumbra el futuro con interrogantes, que tienen que ver principalmente con el grupo de futbolistas que tendrá que afrontar las próximas clasificatorias, y con la capacidad de un técnico para encontrar de una vez por todas el recambio o renovación de un plantel gastado por tantas batallas. Entre medio, un cuarto lugar que algunos celebraron como un título, mientras otros lo miraron como un logro escuálido, por la irregularidad que mostró el equipo.

Si solo importara lo inmediato y principalmente el resultado, el cuarto lugar no se ve tan pobre, tomando en cuenta que hace dos años se perdió la clasificación al Mundial de Rusia. Pero dentro del mismo discurso resultadista, hay detalles que no se pueden soslayar. Se ganaron apenas dos de seis partidos. Y las victorias llegaron ante dos de los combinados más débiles (Japón y Ecuador), que ni siquiera pasaron la fase de grupos. Se convirtió un gol (y de penal) en los últimos cuatro compromisos, coincidentemente ante selecciones que asistieron al Mundial 2018. En el global, un punto de 12 posibles, que equivale a un 8 por ciento de rendimiento. En el torneo, no superó el 39. Y hay más: desde Uruguay, la Roja superó a sus rivales en el tema de la posesión. Sin embargo, salvo ante Colombia, jamás pudo imponer las condiciones del juego. No supo someter, dominar ni menos llevar a cabo eso al marcador.

Pero detrás de estos números se esconden otras consideraciones aún más decidoras con respecto a lo que mostró Chile en Brasil y que de cara al futuro, resultan poco alentadoras. Y aquí la responsabilidad es compartida entre Rueda y los jugadores. Porque más allá del cuarto lugar, no se sacaron demasiadas cosas en limpio de cara al gran objetivo que se planteó el técnico cuando se presentó: clasificar al Mundial de Qatar. No hubo mayor renovación en el plantel, ya que de los habituales titulares y suplentes, solo Maripán era debutante. El promedio de edad del cuadro titular siguió por sobre los 30 años. El fantasma de Bravo quedó más instalado que nunca con las actuaciones de Arias. Y lo más preocupante: el grupo de élite del plantel es cada vez más reducido. Para colmo, se cerró el ciclo para varios, como Beausejour.

Rueda apostó por la experiencia, dejando de lado a todos los que promovió en la etapa de preparación. Es verdad que ninguno fue capaz de responder en la alta competencia cuando fue requerido. Pero el técnico nunca estuvo tan convencido de ellos. Lo que ocurrió con Perú refleja esto: apenas un cambio, Sagal por Fuenzalida, para torcer un 2-0 en contra. La inacción del caleño fue latente. Un signo que se repitió en otros partidos. Nunca fue capaz de resolver los problemas que le presentó el rival y lo que es peor, su variante táctica, de tres defensores, solo era para sostener y no protagonizar.

El liderazgo de Rueda no está en entredicho viendo la respuesta del equipo en la cancha. Pero tendrá que dejar de someterse a los caprichos de los más experimentados para no provocar grietas con el resto. La inclusión de Vidal en el duelo ante Argentina, por ejemplo, pareció más una imposición del jugador que una decisión lógica del DT. El resultado estuvo a la vista: el volante no gravitó, mermado por la lesión. Y otros compañeros debieron pagar el costo, saliendo antes de tiempo para mantener al Rey. Detalles como este comenzaron a minar el proceso de Pizzi. Debe recordarlo el caleño.

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