Casi un mes y medio transcurrió desde la última vez que Stephen Curry jugó un partido oficial. El astro de los Warriors sufrió un esguince grado II en la rodilla izquierda el 23 de marzo, momento en el que reaparecía tras seis partidos por un esguince en el tobillo derecho. Por eso, el partido de playoffs de anoche ante los Pelicans, tuvo un tinte especial.
Llevaba apenas 11 segundos en la cancha, cuando convirtió un triple en el primer balón que tocó. Luego, convertiría ocho puntos en el cuarto, lo que permitió pasar de un 20-29 a un 27-29. Su aporte sería clave para conducir a un vibrante triunfo por 121-116, con 28 puntos, 7 asistencias y 2 rebotes en los 27 minutos que estuvo en la cancha. Así, la serie quedó 2-0 a favor de los Warriors.
La otra gran figura del encuentro fue Kevin Durant, quien fue decisivo, con sus 29 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias en un partido que le permitió a Golden State contar con sus cuatro all stars, Curry, Durant, Klay Thompson y Draymond Green, por primera vez desde el 8 de marzo.
Los Warriors conquistaron el decimocuarto triunfo consecutivo como locales en playoffs, quedando a uno del récord histórico. En posesión de los Bulls de Michael Jordan entre 1990 y 1991.