El relato oculto del portazo de los jugadores a Rueda
El técnico daba por descontado que contra Perú se jugaba. La decisión del plantel lo descolocó. ¿Qué pasó en Pinto Durán? Así fue la mañana más tensa del colombiano dirigiendo a las figuras de la Selección.
Reinaldo Rueda quería dormir tranquilo. Por eso, hasta última hora del martes, se comunicó telefónicamente con los referentes de la Selección. "Sí, profe, vamos a jugar". Esa fue la última respuesta que recibió el colombiano antes de irse a la cama. Al día siguiente llegó a Juan Pinto Durán confiado en que el amistoso con Perú, en Lima, estaba asegurado.
Ya estaban todos en el búnker de la Roja. La práctica era normal. El técnico se concentraba en la planificación de su último partido antes del inicio de las Eliminatorias en marzo de 2020. En cosa de minutos, sin embargo, todo cambió. Primero se reunieron los jugadores, como ya lo había anticipado (también el martes) el presidente de la ANFP, Sebastián Moreno. Después, Rueda se unió a la conversación.
Cuatro futbolistas tomaron la palabra: Gary Medel (el capitán con jineta), Arturo Vidal, Charles Aránguiz y Mauricio Isla. "No, profe, no vamos a jugar". El discurso cambió radicalmente. Y Rueda, obviamente, quedó desencajado y muy molesto.
La decisión de no jugar la adoptaron los referentes. Aránguiz, consecuente con lo que ya había dicho en su arribo a Santiago, fue uno de los más enérgicos en la postura, a la que adscribieron Gary Medel y Guillermo Maripán. En el plantel describen que la reunión fue unilateral. Dicen que solo hablaron los referentes. Solo Arturo Vidal pidió viajar de todas maneras a Lima, pero su propuesta no fructificó.
Para el seleccionador fue como una traición. Desde que se cayó el duelo con Bolivia que debía disputarse hoy (aparentemente en Concepción), empezó a comunicarse con sus dirigidos en Europa y México. La misma pregunta para todos. El DT quería certezas para no hacer una convocatoria en vano. Todas las respuestas que recibió fueron positivas. Todas. Así lo aseguran desde Juan Pinto Durán.
En su conferencia de prensa post caída del amistoso, en la que expuso sin rodeos su hastío, Rei relató que les habló a sus jugadores de su experiencia en Honduras (donde el estallido social desencadenó en una guerra civil) y destacó el ejemplo de Sudáfrica, donde la selección nacional de rugby fue capaz de unir al país en medio de las heridas que había dejado el Apartheid. Intentó convencerlos, sin éxito. La determinación ya estaba tomada.
En Pinto Durán, los que mandan son los referentes, incluso Claudio Bravo, quien sin jineta sigue teniendo un peso importante desde su retorno. Si ellos toman una decisión, lo que digan los demás pesa poco. Varios de los más jóvenes eran de la idea de jugar. Sin embargo, su posición no fue escuchada. "Hablaron los grandes nomás", dice un cercano a los futbolistas. Por eso, muchos volvieron molestos a los países desde los que tuvieron que viajar para nada.
El enojo
Rueda estaba enojado. La federación, también. Los futbolistas, para expiar culpas quizás, le ofrecieron al técnico quedarse entrenando bajo su mando hasta el martes. El "no" del caleño fue rotundo. No quería retener a ninguno, argumentando tres razones: a los jugadores se les nomina para competir, no para entrenar; una lesión entrenando, sin partidos de por medio, era un riesgo que no se podía tomar; y que después de jugar (en este caso sin jugar), la FIFA instruye que la Federación se puede hacer responsable de los futbolistas solo durante 24 horas.
Por eso la ANFP informó en su comunicado que "el seleccionador nacional Reinaldo Rueda liberó de manera inmediata a todos los futbolistas". No quería tenerlos al lado, quizás también por su molestia. El técnico está enojado. Deslizó su renuncia ante los micrófonos y ahora combate contra ese deseo de partir. Quiere pensar en frío, como dijo en la conferencia. No en caliente, como está en este minuto.
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