Dulce Margarita García, la entrenadora cubana que trabajó durante más de una década con la atleta Natalia Duco, falleció ayer a los 54 años, producto de un paro cardiorrespiratorio. En la actualidad, la especialista en disciplinas de lanzamiento se encontraba adiestrando activamente a un grupo chilenas y extranjeras.

La gloria del deporte cubano, que consiguió el quinto lugar en el lanzamiento de la jabalina en Barcelona 92, el oro los Juegos Panamericanos de La Habana 1991 y en los Iberoamericanos de Sevilla 1992, desde 2003 que trabajó junto a Duco, siendo su entrenadora hasta que la chilena fue castigada por un resultado analítico adverso en un control antidopaje, tomado el 19 de abril de 2018.

Sufría de asma e hipertensión, y hasta el viernes pasado se le vio entrenando a parte de sus dirigidas en el foso del estadio Mario Recordón y en el CAR, sin mostrar signos de un posible problema de salud. Pero el domingo presentó fuertes dolores en el pecho, los que obligaron a su hija, Nairobis, a llevarla hasta un centro de salud de Ñuñoa, donde pasada la medianoche falleció.

"Me entregó los mejores años de su vida, dejando a su familia y país de lado, tomándome como hija, pupila, atleta y amiga para llevarme a recorrer el mundo, a conquistar sueños", aseguró la propia Natalia Duco, muy afectada por el deceso.

Humildad

La lanzadora de jabalina María Paz Ríos, quien la considera como su segunda madre, recuerda a su entrenadora: "Me impresionaba su humildad. La querían mucho en Cuba, porque cada vez que llegaba a su casa celebraba el Eleguá (deidad de la religión yoruba) con los niños. Gastaba mucho dinero en llevar regalos para todos".

Al mediodía de hoy, sus restos serán incinerados en el crematorio del Parque del Recuerdo, para luego retornar a Cuba.