La Superliga está congelada. Apenas le sobreviven el Real Madrid y el Barcelona. El resto, ya se bajó de la iniciativa. Florentino Pérez, su principal promotor, admite que el proyecto que dividió al fútbol europeo tendrá que ser replanteado, pero las esquirlas que dejó el estallido aún son visibles. El presidente merengue es el principal foco de las críticas, aunque, a nivel formal, en España evitan sumarse al escarnio.

En LaLiga optan por la cautela, aunque, inevitablemente, dejan entrever las contradicciones. “La Superliga no me gusta. Soy hincha del Girona. ¿Qué pasaría si nosotros no tuviéramos la posibilidad de llegar a una competición europea?. Eso, visto desde el punto de vista del fan. Luego está la visión de la industria. Creemos que la competición se basa en la competitividad, valga la redundancia. ¿Qué pasaría si en una liga hay tres equipos que van a ganar 800 o 900 millones y pasan a competir con clubes que no tienen acceso? Y, segundo, están los méritos deportivos. El fútbol es una pirámide en la que quien está en la base puede subir”, expone Marc Tarradas, encargado de organización para Sudamérica, en el marco del lanzamiento del convenio con el Centro de Estudios del Fútbol de la Universidad de los Andes (CEFU) que convierte la institución educacional en la primera en Chile que establece una alianza con la entidad que rige a las principales competencias del fútbol español.

Messi frente a Kroos y Valverde, en el clásico de octubre de 2020. (Foto: Reuters)

La contradicción

Manuel Pellegrini, en el Villarreal, llegó a una semifinal de Champions, ¿podría llegar a una semifinal con el modelo de Superliga? Considero que no, porque da ventajas prestablecidas. En el fútbol no hay una máquina de hacer dinero. El dinero es limitado. Entonces, dejarían de percibirlo los demás clubes. Por eso considero, como industria, que el modelo Superliga no funcionaría”, insiste el personero, a modo de ahondar en los perjuicios que genera la iniciativa.

Sin embargo, Tarradas también reluce que el Madrid y el Barcelona hayan sido capaces de concitar la atención de los clubes más poderosos del Viejo Continente. ¿Los grandes clubes de España dejan mal a su fútbol’? “Siento, al revés, que si hay algún club que tenga la fuerza de mover es algo bueno. Que el Madrid y el Barça tengan la fuerza de poder mover a clubes ingleses e italianos y llevar adelante ese proyecto es más motivo de orgullo que de otra cosa”, evaluó.

El personero asegura que desconoce si habrá algún castigo en contra de merengues y blaugranas por haber promovido la iniciativa, que los puso en la primera línea de fuego de la UEFA.

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