Restringen libertad condicional de Manuel Burga por presunta amenaza a Alejandro Burzaco

MANUEL BURGA

La fiscal estadounidense Kristin Mace le pidió a la jueza Pamela Chen que ponga en prisión al expresidente de la federación peruana por realizar un gesto como si quisiera decapitar al empresario argentino, el testigo clave en este caso.



Una jueza estadounidense decidió este miércoles restringir la libertad condicional del exjefe del fútbol peruano Manuel Burga, que al parecer hizo gestos como si quisiera decapitar al testigo clave del gobierno en el juicio de corrupción de la FIFA, el argentino Alejandro Burzaco.

La fiscal estadounidense Kristin Mace pidió a la jueza Pamela Chen, a cargo del megaescándalo FIFA en la corte federal de Brooklyn, que ponga a Burga en prisión porque en dos oportunidades, el martes y hoy, se pasó la mano en línea recta por la garganta como si quisiera matarlo.

Burzaco, expresidente de la empresa Torneos y Competencias, atestiguó por segundo día y relató que pagó 3,7 millones de dólares a Burga en sobornos a cambio de contratos, así como coimas millonarias a los co-acusados José María Marín, exjefe del fútbol brasileño, y Juan Ángel Napout, expresidente de la Conmebol. Los tres se declaran inocentes.

Chen dijo que tenía una "seria preocupación". "Esto puede haber sido un esfuerzo para intimidar al testigo", afirmó, pero como el único video que ha visto hasta el momento es borroso, no quiso colocarlo en prisión ni dificultar más aún su diálogo con su abogado. Burzaco se mostró visiblemente alterado y derramó lágrimas este miércoles por la mañana, al parecer enseguida después del presunto gesto de Burga. "Aquí se cometió un nuevo crimen: intimidación de un testigo", dijo la fiscal Mace.

Pero Bruce Udolf, abogado de Burga, dijo que su cliente solo se rascó la garganta porque tiene una irritación y la piel seca y que Burzaco lloraba porque un exfuncionario del fútbol que implicó en la corrupción, Jorge Delhon, se suicidó el martes en Buenos Aires. "Eso no lo sabemos", dijo Chen.

"Este es un hombre tímido y tranquilo", dijo Udolf. "Se rascó el cuello".

Burga, en prisión domiciliaria tras pagar una fianza de dos millones de dólares, usa un grillete electrónico. No tendrá más acceso a una computadora hasta el final del juicio y solo podrá usar el teléfono para comunicarse con su abogado. Tampoco podrá salir de su casa sin su abogado.

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