Revelan la gran pena de René Orozco antes de morir
La familia de quien fuera presidente de la U aseguró que al doctor no le gustaba la actual industria del fútbol, donde las sociedades anónimas la controlan.
La misa fúnebre que se realizó en honor a René Orozco Sepúlveda en la Parroquia Los Dominicos, estuvo llena de simbolismos, signos de aquellos tiempos donde los clubes eran organizaciones sin fines de lucro y buscaban trascender más allá de la cancha.
Por lo mismo, una de las frases que más emocionó a las personas presentes fue la que pronunció su hijo Pablo en su discurso tributo. Palabras que atacaban sin rodeos a la actual industria del fútbol y en específico a las sociedades anónimas que la controlan.
“Murió triste de ver como el fútbol se transformó solo en un negocio donde algunos ganan plata aprovechando la pasión y el amor de los hinchas... Y donde la transparencia, el honor y los valores se olvidaron hace tiempo”, aseguró el heredero de quién fuera presidente de la U en la década de los noventa.
Pero eso no fue todo, porque el familiar del mítico timonel azul agregó que “para él, la U era mucho más que un equipo de fútbol. La U era una forma de llevar y transmitir los valores de la universidad al resto de la sociedad, de una generación a otra”.
Y su oratoria, con respecto a este tema, prosiguió: “Pero también es, o era, una manera en que la universidad se conecta y entiende los problemas y desafíos a la sociedad que tiene el deber de servir”.
El homenaje que nunca llegó
El doctor Orozco siempre fue enemigo de las sociedades anónimas deportivas y nunca estuvo de acuerdo con que su amada Universidad de Chile fuera comprada por un grupo de empresarios.
“Murió la U que nosotros formamos. La mató la sociedad anónima, apoyados por un gobierno que no tiene rol social en el deporte. Este negocio no me interesa. Me da pena por el país, que no entiende el rol del deporte en la sociedad”, fue la sentencia que hizo cuando Azul Azul se hizo cargo de la escuadra estudiantil.
Y fue particularmente duro con el antiguo dueño de la concesionaria, Carlos Heller. “Lo tuvieron que mandar al Falabella de Ahumada porque no sirvió y luego estuvo en Iberia. No subió nunca de Segunda. Asumió la U, en Iberia asumió un empleado secundario y ascendió altiro. O sea, un inútil completo. ¿Qué se puede esperar de un inútil?”, sentenció.
Postura que quizás influyó en que fuera excluido de los tributos que la actual administración de la empresa laica. De hecho, ninguna de las dos cabezas mayores de Azul Azul -Michael Clark y Cecilia Pérez- asistieron a la ceremonia religiosa.
Sí lo hizo el director y abogado José Ramón Correa, junto a su par Juan Pablo Pavez y el gerente general, Ignacio Asenjo. Los mismos que en voz de Correa anunciaron que “en el último directorio, se aprobaron también los (homenajes) del próximo año, donde no voy a contar los nombres, pero en el caso del doctor (Orozco) será en la primera fecha que seamos locales”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.