Revisión a fondo al debut de Eduardo Berizzo en la Roja: los ganadores, perdedores y las primeras señales en el estreno del Toto en la Selección
La era del transandino al frente del combinado nacional parte con una derrota frente a Corea del Sur y con dudas, principalmente, en el fondo. Sin embargo, pese a lo corto del trabajo y a una nómina que el ex ayudante de Marcelo Bielsa encontró definida, también hubo algunos indicios de los principios que pretende inculcarles a sus dirigidos en un proceso que tiene como objetivo llegar al Mundial de 2026, aunque, si el reclamo por Byron Castillo prospera, podrían cambiar los planes.
La era de Eduardo Berizzo al mando de la Selección parte con un revés. Chile terminó sucumbiendo ante la solidez y, sobre todo, la velocidad de una escuadra que trabaja con un rumbo definido: los asiáticos son uno de los clasificados al Mundial de Qatar. La Roja no consiguió el cupo por la vía deportiva, aunque aún lo pelea en los pasillos de la FIFA. El partido jugado en el Daejeon World Cup Stadium dejó plenamente establecidas las diferencias entre los momentos de uno y otro combinado.
En el campo de juego también fue posible observar algunos de los principios futbolísticos que intentará imponer el ex técnico de Paraguay, el Celta de Vigo y O’Higgins durante su gestión. Algunos son elementos que ya expuso la Roja durante el anterior paso del Toto por Juan Pinto Durán, como ayudante de Marcelo Bielsa. Otros forman parte del formulario que ha ido forjando el entrenador en su gestión autónoma, en la que ha procurado decididamente ir distanciándose de la propuesta de su mentor, más allá de que en su declaración de principios, el día de la presentación como entrenador del combinado nacional, subrayara elementos fundacionales que coinciden con los del Loco. “Soy otra persona y eso me convierte en otro entrenador diferente. Sí me gusta atacar, que mi equipo tenga el balón. Mientras más cerca del arco rival se recupere el balón, es más fácil. También quiero que mis equipos jueguen así”, se esforzó en aclarar en esa ceremonia, en la que recibió la camiseta de su nueva escuadra de manos del gerente deportivo de las selecciones nacionales, Francis Cagigao.
En el estreno ante la escuadra de Paulo Bento fue posible observar alguno de sus enunciados de cabecera y, también, errores de funcionamiento que permitieron la victoria del anfitrión. En los primeros minutos del encuentro, por ejemplo, Chile fue a presionar en campo rival, intentando reducir lo más posible los espacios con que contaban los orientales. Sin embargo, pagó caro los espacios que ofreció en el fondo, donde quedó expuesto a la velocidad del equipo del portugués, sobre todo por las orillas, custodiadas por los debutantes Nayel Mehssatou y Álex Ibacache. El primero fue superado en el gol de la apertura y el segundo terminó expulsado. A Paulo Díaz, un nombre mucho más habitual en las nóminas, también se le vio descolocado y ofreciendo ventajas que, normalmente, no da en River Plate, donde se consolida como una de las figuras clave para Marcelo Gallardo.
Un plan en desarrollo
“Eduardo quiso mostrar que iba a ser un equipo protagonista, que es parte de su sello. Presionar más alto, pero eso necesita un trabajo largo. Hay que entender bien los movimientos, recorridos, cosas que se trabajan. Es muy difícil evaluar en un partido. Eduardo llega encima, por situaciones muy entendibles, participó en la nómina solo al final, cuando se fueron cayendo jugadores. Además, se jugó contra un equipo mundialista, con varios partidos, ordenado, rápido y disciplinado. No hay que dramatizar, hay que esperar. Eduardo es un tipo serio, que va a sacar muchas conclusiones”, plantea César Vaccia, quien ocupó fugazmente el buzo de la Roja en 2002, aunque registra una amplia experiencia en los combinados menores y un bicampeonato con Universidad de Chile, su rendimiento más destacado.
La visión coincide con la de Jorge Garcés, también exseleccionador. “Es un poco apresurado para evaluar. Hubo pocos días de trabajo, viaje largo, cambio de horario, alimentación, una serie de factores que influyen. Se le vieron algunas cosas a Chile, como la buena posesión del balón al comienzo. Se hizo notar la velocidad de Corea, superior a la nuestra. Hubo debuts aceptables, pero nos falta. Eduardo va a tener mucho trabajo porque los chicos que están apareciendo lo requieren. Vidal, Alexis, Isla y el mismo Claudio Bravo van a estar, más allá de que acá se les quiera jubilar antes de tiempo, porque no se puede hasta que haya reemplazantes. Individualmente, Gary y Ben fueron los rescatables. El otro, Kuscevic. Ahí están los tres mejores”, plantea el ex entrenador de Santiago Wanderers en su análisis inicial.
Apuesta por el cambio
Vaccia observa una señal de consecuencia en la formación que dispuso el oriundo de Cruz Alta. “Lo que se vio fue una muestra de lo que pretende hacer. Fue inteligente al poner a los jugadores desconocidos, para verlos. Ahí marcó la diferencia. Lo otro hay que esperarlo. Debe haber un trabajo previo antes de hacer algún juicio. Llega encima. Aún así, intentó mostrar un equipo con personalidad, que intente recuperar rápido. Eso se tiene que mejorar con el tiempo, en la medida de que haya más trabajo”, refuerza.
Garcés coincide. “Respecto de los que se estrenaron hoy, también es prematuro calificarlos de forma muy estricta. Tienen que trabajar y sumar tres o cuatro partidos. Uno no te indica nada. A veces los jóvenes pueden jugar bien un partido. Messatou lleva cuatro o cinco partidos como titular, tiene 19 años. Se le vio personalidad. Hay que ver el contexto donde se jugó, también. Sin presión, un amistoso, ante un rival que tampoco puso el 100 por ciento. En el primer tiempo Chile también tuvo algunas llegaditas, un par. Nos entregaron la posesión en un sector en que no se les podía dañar. Hay que poner todos esos elementos sobre la balanza.
Sí hay palabras para otros elementos más experimentados, como Díaz. “Paulo es un tremendo central. Quizás abusa de la credibilidad en sus condiciones. Sabe que es bueno, se siente muy bueno y comete errores que puede evitar. Su calidad no se puede discutir. Lo que ha hecho en River y en la Selección no genera dudas en ningún sentido, pero debe corregir pequeños errores que a este nivel cuestan caro. Ya le pasó con River algo muy parecido. Tiene que transformarse en uno de los mejores centrales de nuestro continente”, dice Peineta.
En sentido contrario, aplaude la labor de Medel. “Donde lo pongan, Gary va a rendir. Si lo ponen de centrodelantero, va a ganar todos los cabezazos. Tiene un timming maravilloso. En la era de Bielsa también jugó en el medio. En el Inter y el Bologna juega ahí. Yo empiezo el equipo con él. Es extraordinario”, resalta.
Una estructura versátil
Ambos entrenadores se detienen, finalmente, en un elemento que suele robarse la atención de los hinchas: el sistema táctico. En Corea, Chile arrancó con un 4-3-3 que pareció una reminiscencia de la época bielsista, aunque las exigencias que expuso el rival obligaron a un replanteamiento. “El sistema es muy relativo. Se empieza con uno y por momentos va cambiando. Si sacas fotos áreas en cualquier partido, se ve que cada 10 minutos va cambiando. El inicio es distinto a la continuidad del partido. A veces se tiene cuatro o cinco arriba y por momentos está el mediocampo poblado y uno en punta. No me quedo mucho en el 4-3-3 o el 4-4-2. No me encasillo en un sistema definitivo para todo el partido. A la Selección le pasó un poco lo mismo en este partido”, sostiene Garcés.
De cualquier forma, el entrenador destaca la osadía del estratega. “Acá se decía que iban a jugar con tres atrás y Medel iba a ser el líbero y la formación ya nos sorprendió. Los laterales también, porque en todas partes escuché y leí que serían otros”, sostiene.
Vaccia respalda las decisiones de Berizzo. “Está buscando jugadores y fórmulas. Ahora tendrá la Copa Kirin para seguir en eso. Ese es el real objetivo de estos partidos. Tengo fe, porque conozco la seriedad de su trabajo”, concluye.
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