El pasado 29 de agosto se realizó el sorteo de la Champions League 2024-2025. Cristiano Ronaldo, el multicampeón portugués, fue el actor principal de un evento distinto. CR7 apretaba un tótem que establecía, mediante un algoritmo, los rivales de cada uno de los participantes. La época de las bolillas y del morbo por el “grupo de la muerte” pasó al baúl de los recuerdos. Desde esta temporada, se da un radical cambio de formato. El principal torneo de clubes en el mundo, que sube el telón este martes 17, presenta una nueva cara.
Fueron 32 años los que duró la competencia desde la reforma que tuvo en el curso 1992-1993, cuando la Copa de Europa pasó a denominarse Liga de Campeones. La gran modificación tiene que ver con que la fase inicial será como una liga, con 36 equipos, en lugar de los 32 que integraban los grupos. Cada uno de los elencos jugará contra ocho rivales, cuatro partidos como local y cuatro de visita. En esta etapa, los ocho primeros de la tabla pasan directamente a octavos de final. Los 16 siguientes, entre el 9° y el 24°, tendrán que jugar un playoff (dieciseisavos) para avanzar. Desde octavos en adelante, todo sigue igual.
El rediseño de la Champions tiene un trasfondo. En parte, es una respuesta a las inquietudes que impulsaron a varios de los clubes grandes, liderados por el Real Madrid, a promover la creación de la Superliga. Esta idea de campeonato, siendo Florentino Pérez (presidente del club merengue) uno de los grandes precursores, se convirtió en una sombra que ha perseguido al fútbol europeo, con la intención de agrupar a los grandes y así generar más recursos.
“La UEFA ha demostrado claramente que estamos comprometidos con el respeto a los valores fundamentales del deporte y con la defensa del principio clave de las competiciones abiertas, con una clasificación basada en el mérito deportivo”, apuntó el timonel de la confederación, Aleksander Ceferin.
Esta revolución en las competencias europeas va de la mano con jugosos premios económicos. La UEFA destinará 3.317 millones de euros (más de 3.600 millones de dólares) entre la Champions, la Europa League y la Conference League. Estrictamente en la Liga de Campeones, el reparto será de 670 millones de euros (US$ 740 millones) entre los 36 equipos de la Fase de Liga. Cada triunfo implica un cheque de 2,1 millones, mientras que por un empate se paga 700 mil euros. El nuevo formato incluye una bonificación por clasificación en liga. El campeón se asegura ingresos mínimos de 86 millones de euros (US$ 95 millones) al superar todas las fases.
El calendario
El cambio de formato implica una mayor cantidad de partidos y más juegos entre potencias (y que se celebren antes). Por ejemplo, en la primera jornada habrá un Milan vs. Liverpool y un Manchester City vs. Inter. En el caso del Real Madrid, el más ganador y el campeón vigente, deberá enfrentar en la Fase de Liga a Borussia Dortmund (22 de octubre), Milan (5 de noviembre) y Liverpool (27 de noviembre). Por su parte, el City de Pep Guardiola tendrá como rivales al Inter (este 18 de septiembre), Juventus (11 de diciembre) y PSG (22 de enero de 2025).
Para los fanáticos, más partidos resulta un panorama ideal. Sin embargo, para los actores principales de la actividad no es igual. Tanto así que la FIFPro (Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales) denunció la elevada carga de trabajo, en un calendario excesivo y que en 2025 será más intenso. Según un informe publicado por la entidad gremial, algunos futbolistas disfrutan solo del 12% del año natural como tiempo libre, lo que equivale a menos de un día completo a la semana. Además, advirtió del riesgo del calendario, con más partidos en torneos europeos y el Mundial de Clubes de 2025, sumado a la participación de cada uno en sus respectivas selecciones. Puso de ejemplo al uruguayo Federico Valverde, del Real Madrid, quien puede tener hasta 80 partidos por temporada.
Arranca una nueva era en la Champions League y, en un reflejo del alicaído presente del fútbol criollo, no contará con jugadores chilenos después de 20 años. La eliminación del Midtjylland de Darío Osorio, más la salida de Guillermo Maripán del Monaco, dejó a Chile fuera del mejor torneo de clubes del orbe.