Ricardo Abumohor se muestra inicialmente reacio a aclarar el encuentro con Sergio Jadue en Miami, que puso al descubierto el programa Informe Especial, de TVN. “Para qué, si ya está todo contado”, dice, inicialmente, al responder la llamada de El Deportivo. Lo hace, eso sí, de buen tono y, sobre todo, con la tranquilidad de mantener intactas sus convicciones y, principalmente, las aprensiones que tuvo y conserva del paso del calerano por la presidencia de la ANFP, el mismo cargo que le había correspondido ocupar algunos años antes.
“Lo encontré allá, en un café. Fue en un café, producto de la relación con un amigo en común”, sostiene cuando ya se abre a la conversación. No pretende relativizar la reunión, ni mucho menos. De hecho, se limitará a entregar los antecedentes que se encuentra. Por esos días, como ahora, Jadue estaba sirviendo como testigo protegido a la justicia norteamericana en el marco del FIFAGate, a la espera de una sentencia que los tribunales estadounidenses aún no entregan, en función de las múltiples maniobras para dilatar la lectura de sentencia. Espera, por cierto que esa colaboración se traduzca en un fallo más benevolente, al menos en términos de las sanciones.
Seres civilizados
“Fue un saludo normal, entre seres civilizados. Eso no significa que no haya culpabilidades”, enfatiza Abumohor respecto de la reunión entre ambos. De hecho, la distancia entre el gesto y las diferencias de fondo quedaron lo suficientemente bien establecidas. “No hubo concesiones respecto de eso, más allá del encuentro”, insiste a El Deportivo.
Después, recuerda la cita. Dice que si bien hubo cordialidad, cada uno mantuvo sus posturas y las expresó con honestidad. En la gestión de Jadue, O’Higgins fue uno de los clubes que se erigió como un abierto opositor, condición que no cambió hasta el abrupto término del paso del ex mandamás cementero por Quilín. “Nos dijimos lo que nos teníamos que decir. Sin lugar a dudas éramos rivales, pero uno trata de ser objetivo después de tanto tiempo. En su momento, solo manifesté la realidad que vi. Y cuando nos encontramos, fue lo mismo. No quiero profundizar respecto de eso, la verdad. Ya ha pasado bastante tiempo”, sostiene.
“Hacía tanto tiempo que había sido su detractor. Lo fui desde el primer día. Y, bueno se dio esa circunstancia. Cada uno dijo lo que tenía que decir. Nada más que eso”, repite, reforzando que las diferencias que motivaron el cisma entre ambos no se han modificado independientemente del gesto de cercanía en un momento complejo.
El lado humano
El empresario reconoce que le asignó un componente humano al encuentro. Dice que, más allá de que habían tenido profundas y públicas diferencias, era una persona a la que conocía y que estaba atravesando un momento indeseable, con todo en contra. Y que se le notaba. “Estaba más delgado. Lo que vi es que no lo ha pasado bien. Sin lugar a dudas, el tiempo ha pasado y lo que ha vivido tampoco es fácil. Para nadie”, insiste.
A TVN, de hecho, Abumohor le revela situaciones más específicas. “Lo vi muy abierto, me reconoció todo lo que había hecho; incluso hasta cómo quiso perjudicar a O’Higgins... por ejemplo, inventó un viaje a Brasil para no entregar la copa (en 2013). En ocasiones también intervino en los arbitrajes. Lo único que quería era que O’Higgins no fuera campeón, él me lo reconoce”, declaró en el marco del reportaje que fue exhibido este fin de semana por el canal estatal.
“Yo creo que Jadue fue una víctima del sistema. Cayó en la trampa, porque es una persona inteligente que vivió con muchas carencias. Era muy joven, y cuando te agarran estos próceres te van calando rápido. La debilidad humana o la necesidad te hacen cometer errores. Fue muy franco, muy frontal y auténtico. Es la impresión que me dejó”, amplió en esas declaraciones.
Finalmente, apuntó que habría esperado que Jadue no cayera solo. “Creo que sus pecados los pagó. Hay personas que estuvieron muy cerca de él que no han pagado nada. Él se las llevó solo. Estamos en una crisis absoluta porque nos hemos manejado muy mal. No hicimos lo que teníamos que hacer, pero hemos sabido encaminar nuestras faltas o nuestros pecados en el desarrollo correcto”.