Ricardo Lunari (50) está ansioso. Faltan algunas horas para que Universidad Católica se enfrente a Vélez Sarsfield por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana y el exvolante, finalista en la Copa Libertadores de 1993, lo sufre como un hincha cruzado más. “Gracias a Dios, por las cuestiones de comunicación, las redes sociales, uno está muy encima, puede ver todo. Entonces, sigo muy de cerca la campaña de Católica, el día anterior al partido, las horas previas. Y después de los partidos me gusta meterme a todas las páginas. Leer lo que se dice. No lo vivo con la misma intensidad que cuando jugaba, porque era mi vida, formaba parte de mi presente y de mi futuro, pero en cada partido de Católica, sobre todo en los internacionales, me da mucha ansiedad. Quizás porque me hace recordar esos momentos hermosos que vivimos en 1993. Por eso me alegro muchísimo cuando la Católica supera alguna fase y me enoja muchísimo, por ejemplo, cuando en la Libertadores quedamos eliminados en la primera”, confiesa en una nueva edición de El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo de La Tercera.

¿Le gusta la UC de Holan? Él siempre postula que su equipo debe ser protagonista, que debe presionar algo, ¿lo ve reflejado?

Sí. Por lo menos esos son los parámetros que uno ve en el equipo de Holan. Él trabaja para eso, los jugadores que pone son para eso y en muchas ocasiones lo logra. Cuando Holan logra plasmar en la cancha todo lo que piensa, creo que la Católica es superior a todos los equipos en Chile. Por eso, a pesar de tener dos partidos menos está primero, está muy firme y no debería correr muchos riesgos. En lo que está al debe hace un tiempo es en la parte internacional. Este año arrancó muy mal en la Copa Libertadores, fue a cuidarse contra el Inter y, sin embargo, perdió 3-0. En ese momento, no realizaba en la cancha lo que trabajaba en la semana. Pensaba en la ofensiva y entraba a jugar a la defensiva. Cuando Holan logró que sus pupilos entendieran cómo debían jugar este tipo de partidos, al final de la fase de grupos de la Libertadores, que sacó buenos resultados, pero ya no le alcanzó, esta Católica se encaminó. Y en esta Copa Sudamericana lo demostró ganando los dos partidos que le tocó jugar de visitante. La Católica lo que no tiene que hacer es traicionar su estilo. Cuando no lo traiciona, es un equipo muy poderoso, al que todos le temen. Sobre todo acá en Sudamérica. Lamentablemente, no lo llevó bien en la Libertadores.

¿Ve a la UC cerca del tricampeonato?

Sí. Yo la veo muy cerca. No digo que esté. Va a sufrir mucho, porque todos los rivales quieren tumbar a la Católica. Es lo normal. A mí me pasaba cuando jugaba contra Colo Colo, que nos jugábamos el doble. Serán 11 finales en las que todos los equipos le van a jugar a ganar. Pero si sigue con ese rendimiento, no hay equipo en Chile que tenga las armas para ganarle. Está muy cerca. Depende exclusivamente de la UC. Sería algo histórico, también porque sería un tricampeonato con tres técnicos diferentes. A los hinchas nos haría muy felices entrar en la historia del club, sino del fútbol chileno.

¿Le llama la atención el nuevo orden del fútbol chileno, con La Calera, Curicó, Unión, peleando con la UC y Colo Colo colista del torneo, en peligro de descender por primera vez?

Me llama mucho la atención el deterioro deportivo, sobre todo de Colo Colo. El que la U no haya podido regularizar una campaña. El año pasado, la U fue salvada, no sé, con algún salvamento medio extraño cuando estaba a punto de descender. Hoy se está hablando de que van a buscar la forma de que Colo Colo no descienda. Son cosas raras. Es raro verlo a Colo Colo allá abajo. Si se salva o no, me parece una cuestión más deportiva que política. No hay que estar hablando tanto de lo extrafutbolístico. Colo Colo tiene que pensar en mejorar su andar como equipo para poder aspirar a sacar los puntos suficientes y salvarse del descenso. No estar pensando en que ojalá se suspenda, que pase esto o lo otro. Y si en algún momento le toca descender a alguno de los grandes, es resultado de dos o tres años en que las cosas no se hicieron bien. Siempre las fallas que tienen las trayectorias de un equipo hay que buscarlas dentro de uno mismo. Colo Colo y la U no estuvieron mal porque el VAR no les cobró algo. Quizás Colo Colo no pudo darle continuidad a los jugadores de sus divisiones inferiores o los que llegaron no cumplieron las expectativas. Hay un montón de factores en los que hay que fijarse antes de echar otras culpas. Pero, por supuesto, me llama mucho la atención que el año pasado la U y en este Colo Colo estén pasando por esta situación. Lo bueno para mí, como hincha de Católica, es que Católica aprovechó esta situación, que los equipos que pueden hacerle más fuerza no están. Tiene dos o tres rivales que le están haciendo sombra y el resto está muy lejos.

En Colo Colo el fusible saltó por Marcelo Espina, ¿cree que debe responsabilizársele por el fracaso?

Yo, la verdad, no estoy muy encima de lo que pasa en Colo Colo. Solo miro los resultados o veo algún partido. En este caso saltó Marcelo, como puede ser otro directivo o el entrenador. Hay un montón de fusibles que pueden saltar, porque uno no puede echar a todos los jugadores, pero me imagino y creo que tienen un alto porcentaje, también, de responsabilidad en estas campañas de Colo Colo. Cuando la crisis es tan grave en un club tan grande como Colo Colo , seguramente seguirán saltando fusibles hasta intentar encaminar esta situación tan difícil que le está tocando vivir.

¿Sigue siendo su aspiración principal dirigir a la UC?

No sé. Uno con el tiempo va perdiendo ese entusiasmo que tenía cuando uno empieza en la carrera de entrenador. Siempre hubo intenciones de mi parte, no de la dirigencia. Jamás me ofrecieron una Sub 17 o una Sub 20 para ver cómo trabajo. Ellos tienen un montón de posibilidades para ofrecerme, para verme, para ver cómo trabajo, si tengo condiciones. Realmente, nunca recibí ningún ofrecimiento de Católica para nada desde el año 1998, que me fui. Las expectativas van cayendo y van quedando, en el fondo, en el deseo. Por supuesto, me encantaría. Tengo tres clubes muy metido en mi corazón, que son Newell’s, Millonarios y Católica. A los dos primeros los pude dirigir en Primera. El único gusto que no me pude dar fue dirigir a la UC. Si no se da, no importa, voy a seguir siendo hincha de Católica. El paso de los años hace que uno se vaya calmando. Y uno debe ser consciente. Si en 22 años nunca me tuvieron en cuenta, por qué se les va a ocurrir ahora.

¿Le duele esa ingratitud? ¿Se la trata de explicar?

Los clubes son dirigidos por personas. Posiblemente a las personas que tengan que dar el paso o pueden darme esta posibilidad no les llena mi perfil. Seguramente hay gente en el club que no está convencida. No creo que haya algún problema personal, porque jamás tuve algún problema. Conozco a todo el mundo en San Carlos y por ahí no pasa. Pasa porque la gente que tiene que tomar la decisión, seguramente, no está convencida.

Hagamos fútbol ficción, ¿cómo jugaría la UC de Lunari?

Sería una falta de respeto decir que jugaría de esta manera u otra estando un técnico en actividad. Hoy estoy muy conforme por cómo juega la UC, aunque me enoja cuando no juega al ataque, como en los primeros partidos en la Libertadores. Para hacer algún cambio tendría que estar en el día a día y no estoy en condiciones de verlo. Igual, a mi gusto por el fútbol, siento que desde que se fue Pinares, a la UC le falta un enganche. No sé si se merece o no se merece, si está en un gran nivel o no, pero en un equipo mío de Católica sería muy difícil que Buonanotte no estuviera de titular. Es lo que pienso desde afuera. A mí me gusta jugar con enganche y estoy viendo que Católica no juega con ningún enganche natural. En mis equipos siempre trato de que haya uno.

Ya hemos dicho que la UC no le ha ofrecido nada, ¿Si lo hace Colo Colo o la U, incluyendo la banca de un primer equipo, aceptaría?

No. Ya lo dije muchas veces. Que Católica no me llame no me va a hacer cambiar lo que siento por Católica. Siempre repito y aclaro: no es una falta de respeto ni a Colo Colo ni a la U. Siento que si algún día me pongo la camiseta de Colo Colo o de la U le estaría faltando el respeto al afecto y al cariño que me dio el hincha de Católica toda la vida. Llegue hace 27 años y me dieron mucho afecto, mucho amor. Me lo siguen dando. Habiendo en el mundo tantos equipos para poder dirigir, ¿qué gano yo dirigiendo a Colo Colo o la U? Sería herir a mucha gente. Quizás sus hinchas tampoco estarían muy contentos. Lo digo con un poquito de dolor. A veces pienso para qué sigo con esto, pero no estoy pensando en los dirigentes de Católica. Estoy pensando en la gente que tanto me dio. Estoy convencido de que si dirijo un equipo en Chile que pueda ser protagonista, llegaré a dirigir en la UC.

¿Qué le parece que Bielsa esté nominado al The Best?

Yo creo que es muy justo que esté nominado al The Best, porque para mí es uno de los mejores. Ahora, en el momento en que lo nominan, por el hecho de haber ascendido a la Premier, se merece o no se merece estar catalogado entre los tres mejores, no lo sé. Pero no me cabe ninguna duda de que es uno de los mejores entrenadores. Yo lo tomo más por ese lado. Es un reconocimiento a toda su carrera, a todo lo que dejó en todos lados. Donde estuvo dejó huella, enseñanzas, formas de vida. La campaña que hizo con el Leeds fue extraordinaria. Todo esto junto a su trayectoria hace que aparezca. Los premios siempre son un poquito ingratos. En este caso está justificado que sea uno de los nominados, aunque creo que no lo va a ganar, porque los logros de los otros entrenadores son superiores, porque juegan en categorías superiores. Pero que esté dentro de los tres mejores entrenadores del mundo, para todos los que estuvimos cerca de él es un orgullo muy grande.

¿Qué deja trabajar con Bielsa?

Es como ir a una universidad. Todos los días es una clase nueva, una enseñanza. Cada palabra, cada entrenamiento está estudiado, pensado, analizado. Sinceramente, es una enciclopedia. Marcelo es de los pocos entrenadores que tuve que no duda cuando uno le hace una consulta. No piensa la respuesta, porque la tiene. Es un libro abierto. Es una enseñanza tras de otra. Es hacer cinco o seis cursos en la ANFP en cuatro o cinco meses. La gente que trabajó con Bielsa no necesita hacer el curso de entrenador. A la persona que está a su lado, le brinda todo ese conocimiento sin pedir nada a cambio. Está en la capacidad de cada uno parecerse un poquito a lo que él enseña. Lo que hace ver fácil es realmente muy complicado.

¿Y qué le parece esta gente que se cuelga el mote de bielsista sin haber estado siquiera cerca de él?

Hay muchos entrenadores, sobre todo en Chile, que llegaron a dirigir grandes equipos incluso, y lo más cerca que estuvieron de Bielsa fue en una foto. Es una cosa increíble. Todo el mundo es discípulo de Bielsa y algunos ni siquiera llegaron a hablar con él. Yo nunca conseguí algún trabajo por haber estado tantos años con él. A mí me vio a los 15 años, me dirigió en las inferiores, me hizo debutar, ganamos dos títulos, me llevó al Atlas, me invitó a formar su grupo de trabajo. Estuve más o menos ocho años trabajando al lado suyo. Todo esto nunca me reportó una oportunidad de trabajo. Los otros, con una foto, llegaron a dirigir. Entonces, lamentablemente, lo más importante es el empresario. No estoy en ese círculo. Quizás ahí esté fallando. Por trayectoria, experiencia, maestros, me sobraría. Pero no me alcanza para tener una oportunidad de trabajo en el fútbol chileno.

¿Cómo le tocó la muerte de Maradona y cómo afecta incluso hoy?

Es un dolor muy profundo, sobre todo para la gente de mi edad. Maradona formaba parte de mi vida. Las primeras alegrías de mi vida. Yo tenía nueve años y Maradona fue campeón mundial juvenil. Lo ganó solo. En el 82, se fue al Barcelona y esperaba el diario del domingo para ver cómo había salido. Sus triunfos eran mis alegrías. Que de repente, después de todo lo que nos dio, no hubo otra persona que me diera más alegrías que Maradona. ¿Qué hizo fuera de la cancha? No sé, no me importa. No era mi primo, no era el hermano que vivía conmigo. Pero cuando se murió Maradona se murió una parte de mí. Ese dolor está dejando paso a un sentimiento de orgullo. Todos los días hay programas para recordarlo. Hay que aceptar, resignarse a que no está, pero estamos redisfrutando lo que nos dejó. Verlo con la 10 de Newell’s o verlo a Messi en ese homenaje, con esa camiseta que me tocó usar muchas veces, es una satisfacción muy grande.