Daniel Ricciardo tuvo oportunidades ayer para brillar en el Gran Premio de China de Fórmula Uno y las aprovechó al punto de quedarse con la victoria.
El australiano, que había ganado cinco carreras antes, partía desde la tercera fila, detrás de los Ferrari y de los Mercedes. Su gran jugada fue aprovechar la entrada del auto de seguridad (por un choque entre los Toro Rosso) en la vuelta 31 (de 56) para poner neumáticos suaves y más veloces.
Quienes rodaban adelante no pudieron contenerlo, pues tenían gomas desgastadas. Tampoco pudieron ingresar a pits a tiempo para calzar los mismos neumáticos. Así, el oceánico subió del sexto puesto. Con una seguidilla de sorpassos a rivales que parecían estacionados, Ricciardo asumió la punta en la vuelta 45, al superar a Valtteri Bottas.
Como en Australia y Bahrein, se esperaba un duelo entre Ferrari y Mercedes, pero Sebastian Vettel, el poleman, sufrió el choque de un imprudente Max Verstappen en el giro 43, que los alejó a ambos de los primeros puestos. Mientras que Lewis Hamilton no fue rival, con problemas todo el fin de semana.
El germano, al menos, mantuvo el primer puesto de la clasificación mundial.
Vettel, que fue superado por Bottas en boxes, señaló tras la carrera: "Tuve suerte de acabar mi carrera. Después de una colisión como la que tuve, creo que podría incluso haberme detenido ahí".
Y Hamilton fue cuarto gracias a la penalización de 10 segundos a Verstappen. "Debo recuperar mi nivel normal de actuación porque sigo perdiendo buenos puntos", se lamentó el británico.
Premio para Ricciardo, que nunca ha ganado una carrera saliendo desde la primera fila, sino siempre peleando desde atrás. "No pensamos que íbamos a salir a la clasificación y justo 24 horas más tarde estamos aquí. Este deporte está loco", declaró Ricciardo.
La F1 volverá la próxima semana, en Bakú.