Los protagonistas dicen que es una nueva historia, que el pasado quedó atrás, pero sabe a revancha. River Plate y Boca Juniors se vuelven a cruzar. Menos de un año después, los dos equipos más populares de Argentina otra vez estarán frente a frente en un duelo que paralizará a los fanáticos del fútbol en todo el orbe. Esta vez, en la semifinal de la Copa Libertadores.

Ambos elencos definirán a uno de los finalistas del torneo continental 2019, todavía con el recuerdo fresco de la final del año pasado. Y es que el título de América que ganaron los Millonarios en 2018 tuvo de todo y se desarrolló en medio de una polémica que alcanzó connotación mundial, y que terminó llevando la definición al estadio Santiago Bernabéu de Madrid.

Los hechos son por todos recordados. El bus de Boca siendo apedreado en la llegada al Monumental de River, la final postergada, reclamos ante diferentes organismos y el cuadro de la Banda Sangre levantando el trofeo a miles de kilómetros de casa. Una definición que llevó al extremo la rivalidad entre ambas instituciones y que dejó cicatrices imborrables.

El fútbol y el destino quisieron que todo volviera a repetirse. Esta vez en una instancia menor que la lucha por la corona, pero igual de relevante por la frescura de las heridas. Boca se metió a la final al dejar en el camino a Liga de Quito y River hizo lo propio ayer, aunque no sin sufrimiento, ante Cerro Porteño. Y ambos clubes, así como los aficionados del fútbol en todo el planeta, ya agendan la primera y tercera semana de octubre, cuando se produzcan los cruces que determinarán cuál de las dos escuadras estará presente en final que se disputará en el estadio Nacional de Santiago el próximo 23 de noviembre.

Pero habrá una previa inmediata. Y es que, este fin de semana (domingo, 16.00), los dos elencos protagonizarán una nueva versión del Superclásico argentino (válido por la quinta fecha de la liga), en medio de un amplio y riguroso operativo de seguridad que, además de para desafiarse deportivamente, servirá para probar la factibilidad de la disputa de la semifinal, que desde ya tiene en acción a las autoridades transandinas.