En una carta de tres carillas y apelando a siete razones, River Plate rechazó formalmente la decisión de la Conmebol de jugar la revancha del la final de la Copa Libertadores en Madrid, España. El próximo domingo la casa del Real Madrid, el estadio Santiago Bernabéu, alojará un partido mancillado por las polémicas extrafutbolísticas, que van desde el atentado contra el bus de Boca Juniors, hasta la petición de este club de salir campeón por secretaría.
Rodolfo D'Onofrio, presidente del club millonario, expresó su total rechazo a la decisión tomada por la Confederación, alegando "desnaturalización de la competencia: la Copa Libertadores se disputa en el ámbito de Sudamérica", así como por el perjuicio a los hinchas y socios del club que ya habían adquirido sus entradas.
"Atenta contra la igualdad de condiciones a partir de la pérdida de la condición de local y la consecuente pérdida de derechos reglamentarios que ello conlleva", es otro de los fundamentos que el D'Onofrio esgrime para no aceptar jugar en España. Cabe recordar que el cuadro xeneize pudo disfrutar de su localía sin problemas, partido que finalizó 2-2. También, se escuda en que los incidentes contra el bus de Boca ocurrieron "fuera del área cuya responsabilidad corresponde a River".
Finalmente, señala: "Es incomprensible que el clásico más importante del fútbol argentino no pueda desarrollarse con normalidad en su propio país". Y hace referencia a la realización del G20, cumbre que reúne a varios de los líderes más importantes del mundo: "Si puede organizarse un encuentro con semejante envergadura (...) ¿cómo no podría llevarse a cabo un superclásico?".
"Por tales motivos, nos reservamos el ejercicio de todas las acciones que le asisten a River en defensa de sus legítimos intereses", finaliza la misiva, aludiendo a que los de la banda sangre harán todo lo necesario para que la final no se juegue en España.