Pablo Solari está viviendo sus últimas horas en Colo Colo. El delantero argentino, quien ayer le marcó un gol a La Serena que hizo recordar el tanto que le salvó la categoría al Cacique en la definición frente a Universidad de Concepción, en febrero de 2021, está a una firma de River Plate. Los albos ya aceptaron una oferta del equipo argentino. Solo falta concretar los términos personales del atacante.

La contratación fue solicitada por el técnico Marcelo Gallardo, quien viene siguiendo al Pibe desde hace un tiempo, una convicción que reforzó después de haber visto al atacante en los duelos en los millonarios enfrentaron al Cacique, por la Copa Libertadores. En ese contexto, la dirigencia del club argentino puso la mesa una tentadora oferta por el delantero: US$ 4 millones por el 60 por ciento de sus derechos económicos. La gestión es reconocida a El Deportivo por Blanco y Negro.

Si bien la propuesta es levemente inferior en los números absolutos a la que el Cacique ya le rechazó al América de México, la potencial repartición de utilidades en un movimiento posterior alienta la posibilidad de concretar el negocio. En efecto, una eventual consolidación del Pibe en el equipo de Núñez le abriría la opción de tentar a una escuadra de Europa, con el consiguiente beneficio para los albos. Esa variable es la que el directorio que encabeza Alfredo Stöhwing está analizando antes dar curso a la operación.

Un sueño familiar

Al margen del desafío deportivo y de los réditos económicos que percibirá Solari al dar el salto a uno de los equipos más grandes de Argentina, hay una variable que puede pesar decisivamente en su determinación: tanto el futbolista como su núcleo familiar son fanáticos del equipo de la banda sangre, al punto de que el Pibe se llama Pablo César, en homenaje a una de las glorias de la escuadra bonaerense, su homónimo Aimar.

A ese elemento hay que ponerle especial atención, porque Solari ya sufrió una fuerte decepción cuando Blanco y Negro rechazó la propuesta de las Águilas aztecas. De hecho, se ausentó de parte de las actividades de la intertemporada, precisamente en respuesta a la negativa a dejarlo partir. En esa oportunidad, manifestó que la dirigencia no había respetado el compromiso de aceptar una oferta que resultara conveniente para sus intereses económicos y deportivos. Ahora, esos factores vuelven a confluir y, además, suman la atracción que River genera para el jugador a nivel afectivo.

El Cacique, en tanto, debe sopesar el efecto que el traspaso produciría en la estructura que ha definido Gustavo Quinteros. Sin embargo, el puesto está bien cubierto. La llegada de Marco Rojas, chileno de origen neozelandés, permite, precisamente, llenar el vacío que puede dejar Solari en la persecución del sueño de su vida.

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