No era un partido fácil el que tenía por delante Octavio Rivero ante Unión Española. No sólo porque debía enfrentar a una de las mejores defensas del torneo, sino que además tenía que hacer olvidar a Esteban Paredes, suspendido tras el polémico partido en Temuco, donde resultó expulsado. Pero lejos de achicarse, el charrúa dejó en claro que motivado y en forma, es un delantero confiable. Y ante los rojos lo demostró con un gol y una asistencia, que contribuyeron para la goleada 5-2 sobre los pupilos de Martín Palermo.
De su cortocircuito con Guede no quedan muchas secuelas. El técnico de Colo Colo volvió a confiar en Rivero y el ariete le regaló una actuación maciza, en la cual todo el equipo se vio beneficiado. "Estábamos obligados a ganar y lo logramos. Era una actuación que la debía. Se dijeron muchas cosas sin saber. Eso le dolió mucho a mi familia. Ellos sufrieron mucho. Por eso no hay nada más lindo que responder en la cancha", destacó el uruguayo en la transmisión del CDF, apenas culminó el partido, señalando a periodistas a los que no nombró.
La tarde arrancó feliz desde temprano para el charrúa. Una magistral asistencia de Valdés lo dejó mano a mano con Sánchez. Rivero primero controló con el pecho y luego definió de zurda ante el achique de Sánchez. Sin duda que el gol le dio confianza para el resto del encuentro. En el segundo tiempo, dejó solo a Morales en el área visitante, tras un largo carrerón.
"Estoy para seguir sumando en lo que queda el campeonato. Estoy contento porque ganamos y somos punteros. Teníamos jugadores importantes afuera pero los que entramos lo hicimos bien. Lo mejor es que seguimos punteros y estamos felices. La verdad es que hay un compromiso de todos, desde el más grande al más chico. Eso es lo mejor", destacó.
Con Paredes todavía suspendido, Rivero asoma como la carta fuerte de gol de cara a la reanudación del Transición. Nada menos que en Viña del Mar ante Everton, el exclusivo escolta de los líderes. Guede sabe que ahora puede dormir tranquilo, sabiendo que recuperó la mejor versión del charrúa, quien hasta hace menos de un mes miraba los partidos del equipo desde la tribuna. Hoy es figura y hasta los define.