La selección de Brasil ya está en Rusia para disputar la Copa del Mundo. El Scratch llega atravesando un buen momento y se perfila como candidato al título. El equipo adiestrado por Tite suma once partidos invicto y, de hecho, no cae desde el 9 de junio del año pasado, cuando sucumbió por la cuenta mínima ante Argentina en un amistoso.

El poderío ofensivo del cuadro brasileño es innegable, con figuras que despuntan semana a semana en los principales equipos del mundo. Uno de ellos es Roberto Firmino, delantero de 26 años, figura del sorprendente Liverpool, que cayó en la final de la Champions League a manos del Real Madrid.

Pero tan sorprendente como el equipo inglés es la historia del jugador. Su carrera tomó un rumbo impensado cuando, en 2010, un veedor del Hoffenheim alemán se fijó en el joven, de entonces 17 años, perteneciente a las filas del Figuerense, de la segunda división. Lo curioso es que el agente en cuestión, Lutz Pfannenstiel, nunca vio jugar a Firmino y su interés radicaba en el buen rendimiento que éste mostraba en el popular juego de fútbol virtual Football Manager.

Luego de impresionarse con él mediante un computador, viajó a Brasil para conocerlo y terminó convenciendo al equipo germano de invertir US$3 millones en el promisorio futbolista. Y aunque la contratación generó una ola de críticas, Firmino se convirtió en la principal figura del equipo durante cinco temporadas, disputando en ese período 153 partidos (récord histórico de la institución) y anotando 49 goles.

Las inversión de US$3 millones se transformó en una venta de US$40 millones, que fue el precio que pagaron en Inglaterra para hacerse con sus servicios de cara a la temporada 2015-2016. Ya suma tres campañas en Liverpool y, durante el último curso, dio vida acaso al mejor trío ofensivo del mundo, junto a Mohamed Salah y Sadio Mané.

Del Football Manager al mundo. En Rusia va por la consagración definitiva.