Roberto Tobar, el árbitro chileno con más cartel internacional en la actualidad, se convirtió en el personaje de la semana del fútbol chileno, luego de su muy mal desempeño en la victoria de Universidad Católica sobre Santiago Wanderers, en San Carlos de Apoquindo. El juez expulsó a dos jugadores cruzados, Germán Lanaro y Fernando Zampedri, lo que generó duras críticas.
Decisiones que el mimo juez reconoció como un error, en el caso del delantero estudiantil, en el informe del partido que se publicó horas después. De hecho, Javier Castrilli, jefe de los árbitros, también subrayó las faltas de su pupilo favorito. Solo faltaba la palabra del propio Tobar, quien se refirió a su polémica jornada en radio ADN.
Además de confirmar y explicar los motivos de su equivocación con Zampedri, a quien le mostró doble amarilla por una supuesta agresión a un rival, el colegiado sí mantuvo su decisión de expulsar en el primer tiempo a Germán Lanaro. En ese sentido, más allá de su mea culpa, el pito criollo expuso que “a los árbitros nos tienen que dar herramientas para poder seguir estando a la altura de lo que los partidos nos pidan”.
Volviendo a su tarjeta roja al goleador de la UC, expresó: “Claramente asumo mi error. No tengo miedo en decirlo ni tampoco voy a justificar una decisión errónea que tomé en el campo. Netamente lo puse en el informe, lo conversé con Javier. ‘Perfecto -me dijo-, seamos lo más transparentes posible’, me dijo. Y así lo vamos a ser”.
Dispuesto al castigo
Castrilli, al momento de su arribo al país, aseguró que los árbitros que cometan errores recibirán castigos por mal desempeño, situación que Tobar no elude. “Hay que también reconocer situaciones donde cometemos errores. Estoy dando la cara y si tengo que estar sancionado, lo voy a estar. Son aprendizajes. Estamos en instancias donde nos critican al minuto, donde hay muchas cámaras encima de nosotros”.
El árbitro también se refirió a la imagen en que José Pedro Fuenzalida le mostraba el escudo de campeón en la camiseta. “Vio lo que hizo, pero honestamente no tomé mucha atención a lo que me decía. Pero fue un caballero siempre, nunca me insultó ni dijo palabras de grueso calibre. Zampedri igual”, enfatizó.