El arbitraje chileno pasa por un complicado momento. Ya ni siquiera es necesario mirar demasiado atrás para encontrar problemas. La actuación de Cristián Garay en el choque entre Everton y Unión Española había refrescado la sensación de descontento con el cometido referil. Para peor, cuando ya se había conocido la sanción que recibirá el juez, se produjo un nuevo caso: en el duelo entre Santa Cruz y Universidad de Concepción, el juez José Cabero dejó sin sanción una evidente mano de Eduardo Vilches en el área. Quedaban tres minutos para el término del encuentro y el marcador estaba 1-1. El penal pudo haber significado el triunfo penquista.
En la Comisión de Árbitros observaron la escena. La sentencia es categórica. “Mano penal”, sostienen en la instancia que preside Roberto Tobar respecto de la decisión que debió adoptar Cabero si se ajustaba plenamente al reglamento. No entienden por qué no sancionó la pena máxima.
A explicar
Cabero quedó en la mira de todo el medio. Su omisión se viralizó rápidamente y se transformó en materia de comentario entre los fanáticos y, ciertamente, en el periodismo especializado. La repetición de la imagen expuso con mayor evidencia la equivocación del réferi. El contacto entre la mano de Eduardo Vilches y el balón es notorio a simple vista. Sin embargo, a esas alturas, ya no había nada que hacer, pues en los partidos de Primera B no funciona el VAR, el único sistema que pudo haber remediado el error, si se aplicaba correctamente.
Cabero tendrá que explicar el yerro. Al mediodía de este martes le espera Tobar para que entregue un pormenorizado detalle de las motivaciones que lo llevaron a decidir erradamente. Lo hará, literalmente, con todo en contra, pues en la jefatura de los colegiados existe la convicción de que se equivocó rotundamente. La citación, de hecho, tiene carácter ‘especial’.
Ahora, el juez, quien incluso ha dirigido partidos en Primera División, queda expuesto a un castigo debido a su mal desempeño. Sin embargo, donde más se lamentan es en el sur, pues el Campanil lucha por salir de la parte baja de la tabla, para escapar del peligro del descenso.
Cabero ya había estado involucrado en otra dura polémica en esta temporada. En mayo, en el encuentro entre Colo Colo y Audax Italiano, dejó sin cobro una mano de Agustín Bouzat en los últimos minutos. “Pudieron habernos cobrado fácilmente penal y no pasaba nada”, admitió, entonces, el capitán albo, Esteban Pavez.