Roberto Tobar (40) termina 2018 con un registro espectacular para el arbitraje chileno. El juez fue designado para dirigir dos finales continentales: la de la Copa Libertadores y la de la Copa Sudamericana. En ambas ocasiones, su cometido fue aplaudido incluso por los involucrados. Sin embargo, para el Comité de Árbitros nacional, el más destacado del año fue Piero Maza, una designación que extrañó incluso a algunos futbolistas. Jorge Valdivia protestó en su cuenta en Twitter. "¿Qué? Este loco es muy malo. Yo lo votaría como el peor. El mejor, lejos, fue Roberto Tobar. Envidia en el aire, 1, 2, 3", posteó, sucesivamente el volante de Colo Colo. El aludido abordará en las siguientes líneas la mencionada premiación y el mensaje del Mago. Antes, opta por una consideración general, que no elude la autocrítica. "Fue bastante positivo, coronando el año con las dos finales, de Libertadores y Sudamericana, de muy buena forma. Y a nivel nacional, también. Se cometieron errores, pero no influyeron para determinar el campeón ni para las instancias importantes", sostiene inicialmente.

¿Qué momentos atesora?

Hay bastantes importantes y gratificantes. Para uno, haber dirigido la final en la Bombonera, en un partido tan mediático como fue la final de la Copa Libertadores, muy esperada, que nunca se había realizado, es importante. Nunca habían llegado estos dos equipos. Que haya salido de la manera como terminó, nos deja satisfechos.

¿Qué fue lo más complejo y lo mejor de haber estado en ese Boca-River?

Lo más difícil fue aguantar los días previos antes de entrar a la cancha, con lo que se habló de mí, de los reportajes que salían. Tuve que soportar cosas que aparecieron, que no eran muy positivas. Lo del Club de Poker, que lo publicó la prensa argentina. Reabren un poco esos malos ratos que uno vivió. Pero sirve para fortalecerte y concentrarte aún más y mejor.

¿Se sorprendió por la cantidad de elogios que recibió?

Bastante. Los árbitros no estamos acostumbrados a recibir elogios. Siempre nos llegan críticas, malas palabras, malas calificaciones. De los hinchas y de los periodistas. Haber recibido esta buena crítica de la prensa transandina y sudamericana fue un premio al sacrificio de estos años. Este partido reflejó que los árbitros nacionales estamos capacitados para dirigir al nivel más alto en Sudamérica y el mundo.

Recibió elogios a su trabajo a nivel sudamericano, pero en Chile el premio al mejor árbitro del año se lo dieron a Piero Maza.

Durante el año yo también tuve errores en el ámbito nacional, que influyeron en algunos resultados. En esa autocrítica que uno hace le deja la responsabilidad a la Comisión de Árbitros, que lleva nuestros registros, nuestras calificaciones. Yo confío plenamente en ellos, que realizan una gran labor desde que asumió Osses. Uno tiene objetivos a corto y largo plazo y puede ser el uno, el dos o el tres, pero mientras vaya cumpliéndolos, los premios pasan a segundo plano.

¿Esperaba quedarse con esa distinción?

Pensaba que no iba a recibir premios, que no iba a estar debido a que empecé a dirigir muy tarde, en marzo, por la lesión que sufrí. Y a que a nivel local cometí errores.

¿Cuáles son los errores a los que alude?

En el clásico universitario. Hubo una mano hacia el final del primer tiempo que no sancioné. Fue un error.

Jorge Valdivia salió a decir públicamente que quien merecía la distinción era usted.

Uno respeta bastante a los jugadores, sobre todo a nuestros seleccionados nacionales y de la envergadura de Valdivia. Es muy gratificante poder escuchar a un jugador tan importante que pueda salir hablando positivamente de mi nombre. Piero tuvo sus méritos para pelear el primer lugar. No es algo que se haya inventado. Felicito su año profesional.

Más allá de esas consideraciones, ¿cómo cree que fue el año que termina para el arbitraje chileno?

Termina de forma muy positiva a nivel nacional, en Segunda, en Primera B. Y en Primera División termina un campeonato sin grandes polémicas, ni inconvenientes. Las cuaternas finales respondieron de muy buena forma. En el ámbito internacional, los siete árbitros que fuimos a las definiciones estuvimos a la altura.

¿Y para la gestión de Enrique Osses?

Desde que llegó Osses, se profesionalizó al cien por ciento esta actividad. Se empezó a trabajar de forma sistemática, planificada, con trabajo en la cancha. Se hicieron bastantes seminarios de reglas de juego, se mejoró bastante el aspecto físico y el rendimiento. Se creó un grupo de preparadores físicos de buen nivel, de kinesiólogos como Christian Díaz, de basta experiencia. Todo ese equipo ayudó para que el nivel del arbitraje chileno mejorara.

Hay clubes que desean removerlo de la Comisión. ¿Qué le parece?

Le harían un daño bastante grande a la lógica que se viene manteniendo, al trabajo que se viene haciendo, que es bastante serio, bastante profesional. Enrique ha tenido bastantes cursos de actualización en el extranjero y al interior del Comité sigue todo de forma muy profesional. Eso es muy admirable. También su liderazgo. Es un líder que motiva, que nos mantiene siempre con la ilusión de progresar. Y con toda la experiencia que nos puede entregar. Hay pocos en Chile que tienen Mundiales, Copas Sudamericanas, Mundial de Clubes.

¿Está de acuerdo con que los sorteos y los castigos para los árbitros sean públicos?

No. No estoy de acuerdo. Es una política que nos quita un poco la confianza. Somos bien autocríticos al interior de la institución y es mejor la retroalimentación al interior del comité, donde se sacan buenas conclusiones.

¿Y no beneficia la transparencia?

Igual es algo lógico, después de algún error, que un árbitro no aparezca, que tenga una semana de descanso. Todo se hace con una lógica.

¿Cuánto ayudará la implementación del VAR en Chile?

Muchísimo. Va a transparentar aún más este deporte que es seguido por miles de personas. Provocará que el fútbol chileno crezca, que todos los resultados tengan la lógica que merecen. El juez decide en milésimas de segundos. El VAR es un aliado importante para hacer justicia.

¿Cuál es su próxima meta?

Estar en los torneos internacionales bien físicamente, con un buen rendimiento para poder desempeñarme de la mejor manera. Me gustaría dirigir todo, pero tengo que ir paso a paso, cuidándome bien.