Rodrigo Goldberg: "Caputto es un optimista empedernido"

Presentacion de Refuerzos 2020 de la Universidad de Chile
AGENCIAUNO

Luego de haber vivido la lucha por el descenso desde la vereda dirigencial, Polaco se muestra entusiasmado con el plantel que armó la U y explica las razones que lo llevaron a él y Sergio Vargas a ratificar al exportero como DT.



El 2019 fue el primer año de Rodrigo Goldberg (48) en su faceta de dirigente. Como director deportivo de la U vivió de cerca la lucha por no descender y quizás por eso lo cataloga como su peor año desde que está en el fútbol. Hoy, con esperanzas renovadas, aborda lo que viene.

Pasaron de pelear el descenso a la Libertadores y una final, ¿raro, no?

No es fácil de entender. Pero detrás hay algo que no se ve, que es el trabajo que hizo el plantel y nosotros, el esfuerzo gigante que hubo en la última parte del año, con un desgaste mental grande y un costo alto.

¿Duele partir el año perdiendo?

Duele mucho, porque todo inicio genera nuevas esperanzas. Si bien vimos cosas positivas hay otras que debemos corregir rápidamente, porque ya arranca el torneo y tenemos una responsabilidad tremenda.

¿Fue su año más duro en fútbol?

Si tomo mi época de jugador, de comentarista y aunque llevo menos de un año, de dirigente, diría que sí, fue mi año más difícil. 2019 no se me va a olvidar nunca. Fue un año muy complejo. Nada te prepara para lo que vivimos. Ni el mejor MBA te hace pasar por lo que pasamos.

¿Han intentado ensuciar a la U al decir que se aprovechó del cese?

Se ha instalado un relato que no corresponde a la verdad. Decir que siempre quisimos terminar el campeonato es mentira. A diferencia de otros equipos que daban libre, nosotros entrenamos desde el 18 de octubre todos los días y organizamos amistosos. Teníamos reservas de hoteles, pasajes comprados y los perdimos. Y perdimos plata. Si hubiéramos tenido esa intención de decir que no, no gastábamos esa plata, no organizábamos amistosos. Siempre le dijimos a los jugadores que queríamos jugar, ellos no faltaron un solo día. Entonces, decir que siempre quisimos que se acabara el torneo es falso. Queríamos jugar.

Pero luego sí estuvieron de acuerdo con terminar todo.

Después. Cuando ya nos juntamos con el Sifup y a través de nuestros jugadores nos cuentan la realidad que están viviendo muchos futbolistas, recién dijimos 'chuta, esto tomó otros tintes'. Y ahí entendimos que había jugadores amenazados y en otros equipos incluso los seguían.

¿La U tuvo esos problemas?

Con algunos, lamentablemente.

¿Y usted?

Lo típico, mensajes.

¿Les resta mérito no salvarse en cancha o no jugar con Unión?

El ideal siempre va a ser resolver todo en cancha. Entonces genera un ruido, porque cualquier cosa que pase va a quedar un pie de página con un asterisco. Pero nosotros hemos seguido al pie de la letra los reglamentos. Y en este caso hay un equipo que decidió no presentarse.

¿Le molestó? Segovia dijo que era un arreglo entre la ANFP y la U.

Me da pena. Primero porque no es así. Segundo porque conozco a Ronald y no he conversado con él, pero te aseguro que conociéndolo como lo conozco, él sí quería jugar, se moría por jugar ese partido. Más que rabia, más que despotricar contra Segovia o Baquedano, me da pena que no se haya podido resolver en cancha algo que podría haberse jugado.

¿El fútbol se puso político?

Se puso político. Llegó un minuto en que la arista política fue más fuerte que la deportiva.

¿Por qué fútbol no y conciertos sí?

La industria del fútbol no se puede comparar con otras. Estuvo Chayanne, pero es distinto, porque no hay un compromiso emocional como sí lo hay con los clubes. Eso lo veo desde la óptica de los que mandan, pero cuando veo que una contraparte está tratando de sacar un provecho o defendiendo lo suyo, mi misión como dirigente de la U también es defender lo mío. Tampoco me pierdo, tampoco voy a ponerme la capa de superhéroe y decir que soy el príncipe de los principios. Mi pega es defender a la U y lo haré siempre.

¿Qué los convenció de Caputto?

Vimos varias cosas. Hernán es un optimista empedernido. Quizás a alguien le puede parecer muy ridículo o infantil, pero lo ves y te proyecta una tranquilidad y seguridad que no la he visto ni siquiera en técnicos de larga trayectoria. Es un tipo que se preocupa mucho del ambiente del camarín. De a poco ha puesto pequeñas normas que no han hecho otra cosa que aumentar la sensación de cordialidad y compañerismo. Los jugadores están contentos con él. Con Sergio (Vargas) tenemos una conexión con él muy fuerte. A veces es de piel, pero te da esa sensación de que es la correcta.

¿Le gusta el plantel de 2020?

Sí. De que está balanceado, está balanceado. Diseñamos un plantel de prácticamente dos jugadores por puesto. El 2019 éramos un equipo bien predecible. Siempre terminábamos atacando más o menos igual. Por eso mismo dijimos: 'armemos un equipo que le permita a Hernán jugar con las variantes'. Podemos jugar con uno, dos o tres contenciones y un 10. Podemos jugar 4-4-2, 4-2-3-1, podemos jugar con uno o dos delanteros. Antes era 'esto es lo que hay y bátete con eso'. Nos preocupamos no solo de la calidad profesional, también de la calidad humana de los que trajimos.

¿Bajaron a algún posible refuerzo por ese aspecto?

Sí. Hay un par de jugadores que cuando la secretaría técnica nos entregó los informes, tenían un asterisco por problemas de indisciplina, otros de comportamiento, otros de relaciones. Y esos quedaban en un tercer o cuarto puesto.

¿Por qué no sigue Herrera?

Hernán había tomado la decisión de no contar con él y el proyecto deportivo, encima, decía que había que empezar a sacar jugadores de divisiones inferiores. Nos hubiera encantado que se quedara Collao para tener arqueros de la cantera. Y la posta la tomó Cristóbal Campos. Y después tenemos a Nelson Espinoza que es de la casa y a Rodrigo Cancino. En el puesto de él teníamos que empezar a proyectar.

¿Fue una exigencia para Caputto subir jugadores?

No, es parte del proyecto. Cuando llegamos, 21% del primer equipo era canterano, éramos el 7º en Chile. El primero es Católica por lejos.

Poco para ser un grande.

Para ser un grande no puede ser. Entonces planteamos a tres años tener más de un 40% de cantera en el primer equipo. Este año ya subimos a 35%. Entonces, claro, mucha gente dice 'pero es Johnny'. Pero ese puesto no es el único caso. Por X motivo existía un tapón que generaba dos problemas: la U gastaba más de lo debido y de abajo los jugadores miraban y decían 'a la U no se puede llegar al primer equipo'. Lo que hicimos fue sacar ese tapón.

Pero el arco es un puesto más complejo. Hoy está De Paul, con experiencia, y Campos, novato.

Te pongo otro caso: cuando tienes un presupuesto acotado tienes que priorizar. ¿Nosotros de qué carecíamos? Externos y atrás. Y arqueros, dijimos, 'tenemos al Tuto y está Cristóbal'. Entonces, si hubiéramos privilegiado traer a otro arquero que entre comillas apurara al Tuto, nos quedábamos sin jugadores arriba.

¿Llega alguien más?

Ojalá. Estamos viendo un nombre más, pero lo vamos a tomar con un poquito más de calma.

¿En qué zona?

Seguramente lateral izquierdo.

¿Cuáles son los objetivos que lo dejarían feliz en 2020?

Pelear el título, pero para pelearlo tenemos que ser competitivos. Ese es el primer objetivo. Que mires al equipo y digas que vamos para adelante. Pensando en lo que nos pasó en 2019, lo primero que quiero es que seamos competitivos.

¿Pero no trazaron mínimos en cada torneo?

Para nada. El año pasado la U se armó para pelear todo y mira cómo terminó.

¿Inter fue el peor equipo que les pudo tocar en la Copa?

Sí, pero puede ser el mejor también. O sea, tiene jugadores de la talla de Paolo Guerrero que es un monstruo. Pero es una linda oportunidad. No hay mejor parámetro que esos equipos para medirte.

¿No le dan ganas de responder los permanentes dardos de Pinilla por Twitter en contra de ustedes?

No, en absoluto.

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