El esloveno Primoz Roglic (Jumbo) ganó este martes la cuarta etapa del Tour de Francia, los 160,5 kilómetros entre Sisteron y la estación de esquí de Orcières-Merlette, en una jornada en la que el francés Julian Alaphilippe (Quick Step) salvó el maillot amarillo.
Roglic se impuso al sprint en la primera llegada en alto de la presente edición del Tour. Demostración de fuerza de uno de los grandes favoritos a lograr la corona que defiende Egan Bernal. A 1.825 metros Roglic aventajó a otro prodigio esloveno, el debutante Tadej Pogacar, y al francés Guillaume Martin en un grupo de 16 corredores. Fue su tercer triunfo de etapa en el Tour.
“Todo el equipo hizo un trabajo increíble. Tenemos que continuar así. Debemos seguir nuestro plan. Me siento cada día un poco mejor (tras su caída a dos semanas del Tour), pero todavía no me siento como en el Dauphiné”, señaló Roglic.
El vencedor de la última Vuelta a España concluyó el trabajo de su equipo en los últimos kilómetros, con el belga Wout Van Aert y el estadounidense Sepp Kuss tirando del grupo de ciclistas importantes.
“Lo disfruté. Sabía que sería una carrera por la victoria y no por el liderato. Podemos estar satisfechos del día”, añadió el esloveno.
La escapada del día se había formado desde la salida en Sisteron, reuniendo a seis corredores (Neilands, Politt, Vuillermoz, Burgaudeau, Benoot y Pacher), cuya ventaja no pasó de tres minutos durante la mayor parte de la jornada.
La formación Deceuninck del líder Alaphilippe, quinto en meta, controló la diferencia mandando en la cabeza del pelotón.
Un grupo con bastantes ciclistas abordó la ascensión hacia Merlette, 7,1 kilómetros (6,1% de pendiente media). El ritmo dictado por los hombres de Alaphilippe (Devenyns, Jungels) y después de Roglic impidió cualquier aventura, hasta que Guillaume Martin lo intentó sin éxito a 600 metros de la línea.
Bernal fue séptimo en meta y el francés Thibaut Pinot octavo, ambos con el mismo tiempo que Roglic, que ganó 10 segundos por la bonificación.
“Fue muy rápido. Había que rendir al final. La última subida permitía ver donde están los corredores de la general, por lo que estoy satisfecho de haber llegado con ellos, era muy difícil”, analizó el líder del Ineos.
Lo que sí quedó claro es que el equipo Jumbo mostró una potencia colectiva superior a la del nuevo Ineos de Bernal, sin los eternos Chris Froome y Geraint Thomas, descartados antes del Tour.
El ecuatoriano Richard Carapaz, nuevo segundo espada del colombiano y debutante en el Tour, fue uno de los perdedores del día. El ganador del último Giro, desbordado en el final, cedió 28 segundos.
Alaphilippe, que arrancó el día con dos objetivos, buscar el triunfo de etapa y guardar el amarillo, se tuvo que contentar con el segundo. “Me ganó el más fuerte, no debo lamentarme”, dijo. “El tren del Jumbo era difícil de seguir por lo que no supone una decepción”, declaró el ídolo de la hinchada local, 14 días de amarillo el año pasado.
En la general Roglic es ahora tercero a 7 segundos de Alaphilippe, que salvo sorpresa mayúscula guardará el primer puesto el miércoles, cuando en la quinta etapa se descienda al llano en un recorrido de 183 kilómetros entre Gap y Privas. La victoria normalmente se la jugarán los velocistas.