Atrás quedaron los cuatro intentos fallidos. En su quinta aparición en Roland Garros (la primera fue solo en los clasificatorios) Carlos Alcaraz levantó la copa de los Mosqueteros en París. Hito que agranda su leyenda en el tenis actual y que invoca a un cambio de mando: toma el reinado de Rafael Nadal, su ídolo de infancia, el mejor jugador sobre polvo de ladrillo de la historia y quien vive su último tramo como profesional.
España obviamente es la que más se emociona con el relevo. Desde que el murciano explotó en el circuito en 2022 las expectativas giraban en torno a que tomara el testimonio de Rafael Nadal, quien había instalado una monarquía sobre la arcilla en las últimas dos décadas. Pero esa misma ansiedad por la coronación, llevó a que increíblemente Roland Garros se resistiera más de lo esperado.
Pocos pensaban que el primer grande que iba levantar Carlos Alcaraz iba a ser el US Open. Muchos menos, imaginaban que antes del Abierto de Francia iba a caer Wimbledon tras derrotar a Novak Djokovic en la final.
Eso sí, el actual dos del mundo tenía fe de su éxito en el césped inglés. Con apenas 12 años le preguntaron en medio de un torneo de juveniles cuál sería su sueño como profesional: “Ganar Roland Garros y Wimbledon”, respondió un pequeño Alcaraz.
“Ese niño se sentiría orgulloso de saber que unos añitos después iba a conseguir su sueño. He trabajado muy duro para conseguir este tipo de trofeos, este tipo de torneos con los que he soñado, que veía por televisión y decía que algún día lo ganaría. Conseguir todas esas cosas es muy bonito tanto para mi familia, como para mi gente y para mí, conseguir sus sueños siempre es muy bonito”, comentó en rueda de prensa este domingo sobre ese aquel video.
Con su triunfo en el Abierto de Francia se transforma en el jugador más joven en la historia en conquistar un Grand Slam en las tres superficies que existen en el juego. Junto con eso, también es el ganador más joven en París desde Nadal en 2007. Eso sí, Rafa a esas alturas ya era tricampeón de Roland Garros.
Una victoria que cierra el círculo
En 2023 Carlos Alcaraz llegaba a París como el gran favorito. Su título en el US Open de 2022 demostraba que no le tenía miedo a los grandes. Sus consagranciones en Indian Wells, Barcelona y Roma, esa misma temporada, que estaba en un momento de forma envidiable.
Expertos y fanáticos coincidan en que el único jugador capaz de superarlo en París iba a ser Novak Djokovic. No se equivocaban, pero es justo también decir que su rival aquella tarde, en las semifinales del Abierto de Francia, no fue solo el mejor jugador de la historia.
Alcaraz fue atacado por la angustia y el cuerpo le pasó factura, enseñándole de la forma más cruel que para superar al serbio no solo hay que golpear bien la pelota. “Sentí calambres por los nervios y la tensión de jugar con una leyenda como Djokovic. Nunca había sentido algo así en el pasado. Los calambres empezaron en la mano,luego en las piernas y han acabado siendo por todo el cuerpo. Él te lleva al límite y te va exprimiendo poco a poco”, confesó cabizbajo, luego de que en medio del tercer set sus músculos se hayan contraído en plena cancha.
Ha sido uno de los momentos más complejos en la carrera del joven español, pero que también le han traído experiencia. Un año después y luego de vencer a Sinner en la ronda de los cuatro mejores, volvió a tener problemas. “Los dos teníamos calambres, pero aprendí de la semifinal del año pasado con Djokovic”, admitió.
El anhelo del doblete en Wimbledon
Con el trofeo de Roland Garros bajo el brazo, Carlos Alcaraz deberá poner su mirada sobre el césped británico. Viajará a Wimbledon como nuevo dos del mundo, pero con la obligación de tener que defender el título que consiguió en 2023 tras derrotar a Novak Djokovic en la final. Algo que solo había sucedido en una de las ocho definiciones que había disputado el serbio en el pasado.
De conseguir su bicampeonato en el All England Tennis Club, el murciano sumará otro registro a su explosiva carrera. Solo cinco jugadores en la Era Abierta han logrado ganar en un mismo año el Abierto de Francia y Wimbledon, un desafío extremadamente complejo por lo distinta que son ambas superficies. Novak Djokovic lo logró en 2021, Roger Federer en 2009 y Rod Laver en 1969. Rafael Nadal por su parte lo consiguió en 2008 y 2010, una vez menos que Bjorn Borg, quien firmó el doblete en 1978, 1979 y 1980.
Alcaraz sabe que la misión es difícil, pero el haber derrotado a Djokovic, segundo jugador con más títulos en Inglaterra, le da un ímpetu que nadie más conoce. De los jugadores activos es el único, junto a Murray, que han borrado al serio del cuadro de Wimbledon. Eso sí, hoy en día el escoces está lejos de aquella versión de 2013 y el propio Nole aún es una incógnita. Con su reciente operación a la rodilla, pocos afirman que esté sobre el césped británico en julio.
Las lecciones de París
Roland Garros ha transformado al español. Él mismo lo admitió en la rueda de prensa posterior a la ceremonia de premiación. Con madurez, comentó que se lleva aprendizajes y un crecimiento personal de la Philippe Chatrier, pista a la que volverá para los Juegos Olímpicos dentro de casi dos meses.
Lecciones fue una de la palabra que más repitió. En un torne donde tanto en semifinales como en la final tuvo que remontar estando 1-2 en sets, Carlitos sabe que se lleva mucho más que el título. “La lección que he aprendido es que la fortaleza mental gana partidos. Si eres flojo mentalmente no puedes ganar un ‘Grand Slam’. Era una asignatura pendiente. Yo he luchado como un guerrero y me considero un guerrero”, mencionó.
Finalmente y con la emoción a flor de piel, también valoró la importancia de sus logros para España y el lugar que está teniendo en la historia del deporte de su país. “Para mí es un orgullo estar en la historia de nuestro deporte. Poner mi nombre, un chaval de El Palmar, de Murcia, que consiga récords históricos, es algo maravilloso para mí, para mi familia y para toda mi gente. Es algo que vamos a disfrutar y espero que no me lo quiten pronto”, señaló.