Los cinco empates en línea de la UC ameritaban una explicación. Algo futbolístico, táctico o incluso anímico. Pero no, nada de eso. Las justificaciones aparecieron por otra arista.
Fue preocupante escuchar a Beñat San José cayendo en la paranoia de la persecución. El famoso "contra todo y contra todos" apareció peligrosamente en el discurso del técnico español la semana pasada. Poco y nada se escuchó de una autocrítica que pudiera explicar lo que, a esa altura, asomaba ya como tendencia.
La UC fue capaz de sobreponerse a un penal inexistente y disputar el partido desde sus fortalezas. A diferencia de otros partidos los cruzados utilizaron más y mejores variantes para llegar al arco contrario. Y lo mejor es que fue con una insistencia poco habitual. Achicaron hacia arriba de una manera casi visceral provocando el error de Everton. Desplegó sus volantes a lo ancho para encontrar a Sáez desde distintos puntos de la cancha. Llama la atención que demorara un tiempo en hacerlo, considerando que Everton no ha variado mucho desde la llegada de Torrente. Era más o menos predecible la forma de defender de los viñamarinos.
Quizás sea esa la gran crítica que se le hace a Beñat San José. Incluso con las señales a disposición suele planificar desde lo predecible, lo obvio. Teniendo más plantel que su adversario se esperaba algo distinto. Precisamente lo que mostró en el segundo tiempo. Mucho más activo en todas las líneas y con una agresividad que se evidenciaba en terrenos más adelantados.
Aún con este triunfo hay un fenómeno absolutamente inexplicable y es la ausencia de César Munder en la citación de la UC. Uno de los pocos que es capaz de despeinar una defensa bien parada se queda fuera de la convocatoria por el hecho de ser extranjero. Me pregunto si el aporte de Voboril es más decisivo que el del cubano y creo que no. El resultado lo podrá justificar, mas no el rendimiento individual.
Este partido estará lejos de ser un encuentro inolvidable para la UC, pero puede significar un punto de partida distinto a otros. Con una convicción diferente, algo que quizás ni estaba planeado.