Es, según muchos expertos, uno de los mejores en su posición, pero Ronald de la Fuente (27), es lateral izquierdo solo desde 2011, pese a que comenzó en el fútbol a lo seis años. "Era delantero. Toda mi vida jugué ahí. Cuando chico me creía Marcelo Salas. Era mi ídolo. Jugaba con la 11 y celebraba mis goles como él", recuerda el actual defensa de Universidad de Concepción.

Se inició en el Unión San Francisco, su club de barrio. Creció y llegó a Huachipato, donde Jorge Pellicer lo cambió de posición. "Debe haber visto que no le hacía un gol ni al arcoiris y que tenía condiciones para defender, aunque siempre fui figura en cadetes. En la Sub 17 hice como 22 goles, marcando hasta de tiro libre", cuenta. Y agrega. "Nunca estuve acostumbrado a marcar. Pellicer me hizo jugar de lateral y me costó. Cometí muchos errores, pero el profe le dio en el palo; acá es donde mejor rindo".

Fue figura la última vez que visitaron el Monumental. Fue victoria de 2-1 para el Campanil, que el lateral registra en un su hogar con una imagen junto a su premio por ser el mejor del partido. "Gente que no viene muy seguido ve la foto y dice 'ah, la enmarcaste porque es la única vez que has sido figura', pero tiene otro significado", señala ¿Cuál? Ese día mi señora me contó horas antes que iba a ser padre. Fui inmensamente feliz, me motivé y terminé jugando un partidazo. Mientras me entrevistaban, en CDF me felicitan por ser padre. Por dentro dije '¿y cómo saben?', si yo me había enterado hace dos horas y ni mi familia tenia idea. Fue bonito. Todos se enteraron por televisión que iba a ser padre", revela.

¿Podrán repetir ese triunfo?

A los grandes les hemos hecho buenos partidos y estoy seguro de que así será esta vez. Cuando hacemos lo que sabemos, es difícil que nos ganen. Se puede, lo hicimos y lo podemos volver a hacer.

Usted dio una larga vuelta para disfrutar este buen presente.

Fui campeón en 2012 con Huachipato, pero quería jugar y me llamaron de Iberia. Al final me fui a préstamo a San Marcos, que estaba en Primera. Ahí no jugué nada y hasta descendimos. Volví a Huachipato y Ronald Fuentes, como DT de Iberia, me dijo 'dos veces te llamo, no hay tercera'. Lo escuché tan convencido, que fui. Mi circulo cercano me cuestionó, porque estaba saltando de Primera a casi Tercera, pero le creí al 'profe' Ronald. Terminamos subiendo a Primera B.

¿Fuentes fue clave en su carrera?

Fundamental, clave. Después de subir a Primera B otra vez tuve que volver a Huachipato y Mario Salas pidió que me quedara, pero le había dado mi palabra a Ronald. Retorné a Iberia e hicimos una gran campaña, que llevó al 'profe' a dirigir a la U. de Conce. Tiempo después me llamó. Era mi oportunidad para volver a Primera y acá estoy. Siempre estaré agradecido de él, ya que como defensa me enseñó mucho. Cuando llegué a Iberia dijo que era un desastre marcando, pero me advirtió 'tranquilo te voy a enseñar'. Y así fue. No aprendí de cualquiera, sino que de un mundialista y campeón seis veces con la U.

¿Qué siente al ser el jugador más regular del torneo? Desde noviembre de 2016 no se pierde un partido.

Nunca lo esperé y es un orgullo. Me enteré y le tomé el peso gracias a los periodistas. Y no es azar, porque me he esforzado mucho. Estoy feliz, pero con hambre de seguir creciendo. Trabajo para ser el mejor. Se ha hablado harto de mi últimamente, pero siempre busco mejorar.

¿La Selección es tema pendiente?

Es un sueño que me pone incómodo. Me candidatean mucho por redes sociales y hasta le piden a Rueda en Twitter que me llame, pero me pongo en la posición del DT y es incómodo pensar que, quizás, lo estoy aburriendo por tanta insistencia. Me encantaría y siempre ha sido un sueño ir a la Roja. Trabajo y me enfoco en ser el mejor de Chile. Todas las tardes entreno en mi casa y tengo implementos para mejorar. Los detalles suman para ser integral.

¿La religión es un factor relevante en su vida?

Es lo más importante. Para mí, Dios está primero que mi familia. No ando con la biblia bajo el brazo, pero es fundamental. Pongo toda mi fe en Dios y trato de ser una buena persona, más que de estar pidiendo cosas todo el día. Tenía prejuicios, pero conocí a Dios gracias a John Munizaga (exfutbolista).

Y parecen no moverlo los lujos, es humilde y vive en un barrio normal.

Disfruto yendo a la playa con mi perro y pudiendo comprar la casa que quería, al lado de mis suegros. Empecé arrendándola, pero pude comprarla, desarmarla y hacerla como yo quería. Hualpén está estigmatizada por ser una comuna violenta, pero nunca me ha pasado nada. Quizás puedo irme a un lugar mejor a una casa moderna, pero acá soy feliz. Toda la vida soñé con tener esta pieza donde ver mis partidos tranquilo y poniendo recuerdos de mi carrera. A eso le doy importancia, más que tener el último modelo de auto. Esto, que para muchos es poco, sencillo y humilde, a mí me hace muy feliz.

¿Cómo proyecta el duelo de hoy?

Dicen que viene mal, pero Colo Colo tiene la obligación de ganar siempre. Se me hace imposible pensar que jugarán a media máquina. Será difícil, pero estamos convencidos de que cuando jugamos a lo que U. de Conce sabe, que es el ataque por las bandas, la basculación y el cambio de juego, podemos ganarle a cualquiera.

¿Aún sueñan con el título?

Nuestra obligación es ganar y así clasificar a fase de grupos de la Libertadores. Lo que pase en el partido de Católica, que sea lo que Dios quiera. Es una linda ocasión para dar un salto de calidad. Antes del torneo, si preguntabas a cualquiera por la opción de que la U. de Conce peleara el título, un ciento por ciento te decía que no.

¿Cómo valora esta campaña?

A principio de año el objetivo fue volver a un torneo internacional y ahora pensamos que salir terceros sería casi un fracaso. Merecemos un buen premio para coronar todo. El año pasado saltábamos en un pie por clasificar a una ronda que hoy vemos como lo peor que nos podría pasar. No hay que ser exitista, pero eso refleja el hambre de triunfo, de hacer historia en el club. Nadie quiere dar un paso atrás.