Rubén Toribio Díaz (66) es uno de los mejores defensas centrales de la historia de Perú. Fue pieza clave en la zaga en el título de la Copa América de 1975 y en la participación de la Bicolor en los Mundiales de Argentina 78 y España 82. En este último, fue el capitán y se dio el lujo de convertirle de media distancia a Dino Zoff, en el empate 1-1 ante Italia, a la postre campeón. El Panadero (no confundir con el argentino Rubén Osvaldo Díaz, fallecido en enero último y con quien compartía nombre y apodo) llevó la jineta por varios años y se despidió de su selección ante Chile, en las Eliminatorias de 1986.
Hoy, espera con ansias el debut de su país ante Dinamarca, en el complejo Grupo C, que completan Francia y Australia. En esa vigilia atiende a La Tercera.
¿Cómo se encuentra, a horas del estreno de Perú en el Mundial?
Estoy muy emocionado, me siento muy feliz de estar viviendo esto. Imagínese que hace 36 años que no vamos a un Mundial. Acá hay una efervescencia enorme en la gente. Porque, a pesar de que mi país está pasando por una crisis social, económica y política, once jugadores se han encargado de alegrarnos a todos los peruanos. Y eso es una gran demostración.
¿Cómo ve a Perú para este Mundial, tomando en cuenta que viene de una muy buena racha?
Es diferente jugar amistosos que partidos de un Mundial. Ahí uno se enfrenta a los mejores del mundo y se ve realmente el nivel que se tiene. Es muy emocionante y ojalá Perú juegue bien.
Pero igualmente, el equipo se ha visto bastante sólido desde la recta final de las Eliminatorias.
Acá hay mucho entusiasmo, pero hay que entender que es muy difícil. El fútbol está muy científico; Perú ha estudiado a los rivales y ellos han hecho lo mismo con nosotros. Además, el acceso a la tecnología permite saber mucho más. Hoy no está fácil para nadie. Siempre puede haber sorpresas.
¿Qué le pareció el grupo?
Es un grupo jodido, no hay equipo chico ni equipo grande. Es cosa de ver lo que pasó con Irán, que le ganó a Marruecos con un autogol.
¿Cuánto se parece este fenómeno a lo que vivió en los dos Mundiales que disputó?
Me recuerda mucho a España 82, hicimos una gran previa, pero en el Mundial no nos fue bien. Por eso digo que en el fútbol nada está dicho. Eso sí, nunca había visto tanta emoción como ahora.
¿Qué le pareció que Paolo Guerrera pudiera jugar el Mundial?
Este chico es uno de los mejores dentro y fuera del campo. Nadie se imaginaba lo que iba a pasar. Meterse con la FIFA, con la WADA o con el TAS es tremendo. Que Paolo juegue el Mundial es un milagro de Dios.
¿Cree que él estuvo involucrado en los hechos por los que fue castigado?
Yo creo que sí tiene que jugar, porque es un gran jugador y una gran persona. Es un referente en la cancha, él ha sido un símbolo de la FIFA. Lo conozco desde pequeño y también a su familia, porque son de mi barrio. Es una persona muy madura y que no haría algo así.
¿Y qué le parece Gareca?
Gareca es un gran entrenador, pero creo que le ha ayudado mucho la referencia de tener a Oblitas al lado, que fue jugador, técnico y director deportivo. Creo que Gareca tiene una muy buena almohada en él.
¿Le sorprendió que Chile no clasificara al Mundial?
Me sorprendió mucho que no fuera al Mundial. Es lo mismo que les pasó a Italia y Holanda. Así es el fútbol. Es llamativo que no hayan clasificado, teniendo un buen equipo, siendo dos veces campeones de América y con jugadores notables, como Alexis y Vidal, que son futbolistas con mucho temperamento en la cancha.
También enfrentó a grandes jugadores chilenos. ¿Cómo eran esos partidos?
En mi época había grandes jugadores en Chile. Figueroa imponía un presencia enorme. Además, jugaba con Quintano al lado. Pero también me acuerdo de Galindo, Ahumada, Machuca, Véliz y Reinoso, quien fue el mejor jugador en México.
Como el último capitán peruano en un Mundial, ¿qué consejo les daría a los jugadores de su país?
Yo creo que hemos vuelto a nuestra identidad futbolística. Y, por lo mismo, les diría que estén tranquilos. Como se dice, en el día pareces un pollo a las brasas dándote vueltas para todos lados esperando el partido, pero en el momento hay que conservar la calma.