Rueda desliza que tal vez Chile no era para él

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El DT deja ver desazón, pide paciencia y se declara en manos de los jugadores.



El derrotismo, o la resignación, aparece en Reinaldo Rueda. Ayer, el seleccionador chileno dejó entrever su ánimo adverso por lo que ha tenido que enfrentar con la Roja. Le afectan las críticas y los cuestionamientos y, aunque pide paciencia e intenta reforzar sus ideas y motivaciones, no es capaz de disimular su contrariedad con lo que llama "el entorno" de la Selección.

En la conferencia de prensa de ayer, con insistencia, reiteró que "hay que saber soportar el momento", que los éxitos son el pasado y que lo importante es pensar el futuro. Aunque no lo ve muy diáfano.

"Estamos en la búsqueda de la confianza que se necesita para la reconstrucción", dijo. "No es fácil resistir este momento... Tenemos históricos que aún pueden dar y jóvenes que creen que pueden ser titulares. Es una buena mezcla. Confiamos en que el trabajo y el talento de los jugadores nos hagan cambiar el entorno del equipo. Es cuestión de tiempo", añadió.

Apela a la "cultura futbolística" chilena para ensalzar a su plantel. Y usa el mismo argumento para deslizar que quizás él personalmente no pega con esa cultura. "Yo no he llevado a nadie a un Mundial. Han sido los jugadores y las culturas las que me han llevado", afirmó. "Si una cultura futbolística como la chilena no me lleva, quiere decir que no era para mí. Los jugadores de Honduras me llevaron al Mundial. Los de Ecuador también. Ahora, si acá no es, no es. Y si es, bienvenido sea. Nos abrazamos todos", aseveró.

Y al tiempo que se declaró en manos de los futbolistas ("a mí me llevan los jugadores", insistió) dijo que la Copa América es "la meta corta" y, "la más grande", la clasificación a Qatar 2020. "No sé si Arturo Salah se equivocó al llevarme. No soy dueño de la Selección. Solo soy un accidente", aceptó finalmente sobre que tal vez Chile no es su sitio.

¿Se resigna el DT? Dice que no. Que no se conforma y que aspira a más: "Es un orgullo estar al frente de este equipo. Ojalá pueda orientar a los jugadores y cumplir la meta que todos queremos"¿Se siente presionado? Lo niega también. No cree que su puesto esté en juego, pero deja para la ANFP las evaluaciones: "Después de una derrota, siempre hay drama y me tengo que ir". "No sé si hemos perdido la memoria. Yo llegué a un equipo que necesitaba reconstrucción, con hombres que tenían que reencontrarse. Hemos buscado alternativas. Pero la evaluación es para los directivos", cerró.

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