Ya había presión sobre Reinaldo Rueda en la previa del partido con Perú, pero luego de su conferencia, hubo mucha más. A la pobre cosecha de la primera fecha doble, que terminó con apenas un punto para la Roja, se sumó el incendio que el siempre comedido y moderado técnico de la selección chilena provocó, cuando criticó al Inter de Milán por el cuidado de Alexis Sánchez.
“Con todo el respeto que se merecen las instituciones y mis colegas europeos, ojalá nos lo cuidaran (a Alexis) mejor que nosotros. Ojalá, así como los respetamos nosotros, ellos respetaran a nuestros cuerpos médicos. Ojalá nos hubieran hecho caso cuando llegó Alexis y lo hubieran evaluado, y no hecho jugar 45 minutos y luego 90. Ojalá lo hubieran cuidado como lo cuidamos nosotros. Nos tenemos que respetar mutuamente. Ya no es la época de las colonias”, fustigó el DT.
Es más, ni siquiera aseguró la presencia del tocopillano, situación que influyó en su rabieta. “Ha venido arrastrando una molestia. Hoy fue evaluado. Se descarta toda situación compleja. Entrenaremos en la tarde y veremos cuál es la mejor situación para él y para el grupo, pero jamás vamos a poner en riesgo su condición física ni su salud”, advirtió, con cierta intención.
Las declaraciones de Rei provocaron la dura reacción de los italianos: “El Inter considera inaceptables, ofensivas y desiguales las declaraciones del seleccionador chileno. El club siempre ha tenido la máxima colaboración y excelentes relaciones con todo el personal de las selecciones. En el caso particular de Alexis, el jugador se ha encontrado con un problema físico en casi todas las convocatorias con su selección. En uno de ellos sufrió una grave lesión que lo mantuvo alejado de los terrenos de juego durante tres meses. Esto supuso un grave perjuicio deportivo para el club, que siempre ha estado atento a la salud de sus jugadores”, acusó el equipo nerazzurri.
Una respuesta que tomó por sorpresa a la ANFP, donde no quisieron meterse en la polémica: “Nada que comentar”.
En Quilín también hay presión y nerviosismo, porque al mirar la tabla y las finanzas los números son críticos. De hecho, en la sede del fútbol tramitan desde septiembre el Préstamo de Apoyo Covid-19 dispuesto por la FIFA para las federaciones, que alcanza los US$ 5 millones.
La ausencia de público y el retraso en los pagos de Nike y Mediapro tienen contra las cuerdas a Pablo Milad. Y se necesitan casi US$ 2 millones para despedir a Rei, en caso de una debacle. Hasta ahora, el DT cuenta con pleno respaldo. Y parece saberlo, porque no dramatiza con su continuidad. Tampoco con la tarea que le impuso públicamente el presidente: los seis puntos. “Las declaraciones del presidente son las normales. Son optimistas. Él sabe la calidad del trabajo que se está desarrollando. Vamos a jugar los partidos pensando en los seis puntos. Los vamos a merecer o no. Los vamos a lograr o no. Si los logramos, no somos el non plus ultra ni el Dream Team. Si logramos la mitad o poco más… ya es cuestión de sensatez y equilibro. Esto es un maratón, no una carrera corta. Es normal que haya esas apreciaciones, por la ansiedad, pero hay que ser realistas”, agregó.
El Clásico del Pacífico encuentra a la Roja en un momento de mucha presión. El elenco nacional nunca ha perdido con el vecino país en Santiago por Eliminatorias. Y Rueda no quiere ser el primero en caer. Por eso, apelará a los experimentados Bravo, Beausejour, Isla, Vidal y Sánchez, aunque no esté al ciento por ciento (de hecho entrenó con Meneses de titular; también con Pinares en vez de Baeza), y con Mora de nueve, para empujar a la Roja a su primer triunfo en su viaje a Qatar.