Rueda no se desespera
El duelo ante los coreanos no dejó muchas cosas positivas para el técnico colombiano. Aún así, él se fue contento.
Seis partidos al mando de la Selección y lo cierto es que Reinaldo Rueda sigue intentando romper el cascarón. Más allá de algunas directrices futbolísticas intransables, como la elección de zagueros centrales espigados y un dibujo táctico permanente, con cinco mediocampistas y un solo delantero, por ahora la Roja transita por un camino incierto, buscando su identidad y sumando kilómetros de viaje para encontrar respuestas. Desgraciadamente, la gira de Asia solo tuvo un partido de evaluación, ayer ante Corea del Sur, y las conclusiones no fueron demasiadas. Un tibio empate sin goles que será recordado seguramente por la inclusión de Vidal como centrodelantero.
Hay cosas para destacar de Rueda desde lo futbolístico. Acertó plenamente con la inclusión de Gabriel Arias, no solo en las convocatorias, sino como el arquero titular. Hoy nadie extraña a Claudio Bravo y seguramente de acá a la Copa América de Brasil, el exportero de Unión La Calera será el dueño del puesto. Lo mismo Guillermo Maripán, que se consolidó en el centro de la zaga. Ambos son posiblemente las caras del manoseado recambio y que se convirtieron en estos partidos en piezas insustituibles de cara al futuro.
"Se cumplen los dos objetivos con estos juegos. Competir con un rival mundialista, de buena estructura y excelentes jugadores, con altísima intensidad. Y la opción de valorar jugadores nuestros", insistió después del partido el entrenador, que elogió a algunas individualidades: "Lo de Gary, Lichnovsky, Pancho Sierralta, valorar la situación de Paulo Díaz como lateral izquierdo, aunque ahora está jugando de cinco en Arabia. Estamos conversando las alternativas".
Pese a que no perdió, el equipo todavía no expresa en plenitud la idea del entrenador colombiano. Es más, se aprecia un retroceso en el nivel de juego comparando los dos primeros amistosos, jugados en marzo, ante Suecia y Dinamarca. Por ejemplo, la Roja naufraga cruzando la mitad de la cancha. Basta repasar los seis compromisos hasta ahora disputados para encontrar algunas conclusiones que avalan este déficit de la gestión del colombiano. Ningún delantero convirtió goles en la era del técnico cafetalero. Ayer, de hecho, Chile se generó apenas dos chances para convertir y solo una de ella fue producto de una elaboración colectiva. Muy poco para intentar desnivelar a los asiáticos.
Resultó curioso el experimento que probó Rueda en Suwon ante Corea del Sur. Privilegió a Vidal en la posición de nueve por sobre los centrodelanteros que nominó. Aquella movida obligó a Diego Rubio a jugar como extremo izquierdo y naufragó. Si el técnico quería ver al ariete en un partido de la Selección, claramente se habrá quedado con una mala impresión. El exjugador de Colo Colo nunca se vio cómodo y estuvo impreciso en las pocas veces que entró en juego.
Aunque todavía restan nueve meses para la Copa América, Rueda sabe que está lejos de la excelencia. No solo en el juego, sino que además los rostros nuevos no parecen estar a la altura de sus antecesores en la Selección. Pese a ello, el colombiano prefiere disimular su preocupación: "Esperamos que este partido nos dé información importante para el inmediato futuro".
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