Reinaldo Rueda evitar referirse a su continuidad en la Selección. Porque lo considera extemporáneo y porque asume que la decisión no le corresponde. Lo deja claro apenas se le consulta por la sensación ambiental que quedó tras la caída ante México, reflejado en el malestar de los hinchas, aunque, entre líneas, también se hace cargo del momento. "La evaluación y calificación es para los directivos. Nosotros tenemos todo un informe para presentarle a la directiva nueva y a los clubes. Desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo. No sé cuándo la Federación lo hará público", responde.
Eso sí, recalca el contexto en el que asumió y los objetivos que se le plantearon como prioritarios. "No sé si hemos perdido la memoria. Yo llegué a una Selección que necesitaba una reconstrucción. Una Selección donde los hombres tenían que reencontrarse, mirarse a los ojos, asimilar el duelo… Llevamos quince meses… Buscamos jugar, reencontrarnos. Hemos tenido imponderables. Hemos perdido jugadores vitales en el camino. Hemos buscado alternativa, con los hombres que pueden ser solución. La evaluación del trabajo que hemos realizado es para los directivos", insiste.
Aún así, asume que, por su función, ser el blanco de los reproches figura entre las opciones. "Uno está expuesto a la crítica. Es la distinción de estar en una Selección tan importante. Tenemos que entender que hay todo tipo de críticas. Ojalá que todas nos aporten. No podemos volvernos tercos. No soy el dueño de la Selección. Yo soy un accidente. No sé si Arturo (Salah) se equivocó al llevarme a Chile. Si mi metodología no convence. O si logramos cumplir con la meta. Si podemos cumplir en la Copa, después en las Eliminatorias", dice. Y establece que su presencia no ha resultado decisiva para los países que ha logrado los objetivos que se planteó. "Hay otras culturas donde he trabajado que nos han llevado a los Mundiales. Porque yo no he llevado a nadie al Mundial", teoriza. "Si una cultura futbolística como la chilena no me lleva, quiere decir que no era para mí. Son los jugadores los que lo llevan a uno. A mí los de Honduras, los de Ecuador me llevaron al Mundial. Si no es, no es. Si es, bienvenido, nos abrazamos", amplía, acercando el ejemplo a la realidad que enfrenta con la Roja..
Rueda recalca la autocrítica de un grupo que, en sus palabras, asumió la responsabilidad y el duelo de no clasificarse al Mundial de Rusia. "Pienso que el duelo de la eliminación del Mundial está superado. Los jugadores lo han demostrado. Todos han ido mejorando. Todos tuvieron la sensatez de responsabilizarse… Reconocieron errores y malas decisiones. Hay un grado de responsabilidad grande los jugadores, que asumen y quieren reivindicarse. Los necesitamos. Por fortuna, muchos se han recuperado en sus clubes y han logrado mantener un nivel", sostiene.
Y, en ese contexto, destaca la disposición que encontrado durante su gestión. "Para mí es un orgullo estar al frente de este grupo, por la cultura futbolística y la cultura de entrenamientos. Entrenan al 500%. Antes teníamos que frenarlos. Se quieren exceder en los entrenamientos. Y cuando descansan, quieren ir al gimnasio. Es un orgullo para mí este grupo. Ojalá los pueda orientar y llevar a la meta que todos queremos.", destaca.