Sobreviviente de una de las tragedias más impactantes en la historia del deporte y líder en la reciente conquista de la Serie B de Chapecoense. Alan Ruschel escribió su propia historia junto al club en el que porta la jineta de capitán, siendo pieza clave para devolverlo a la categoría de honor del fútbol tras una temporada en el ascenso brasileño. Un jefe nato, con la capacidad de dejar atrás uno de los episodios más oscuros y darle una nueva alegría a los de Chapecó, donde es emblema.
El accidente aéreo que impactó al mundo ocurrió el 29 de noviembre de 2016. El avión que trasladaba al equipo a Medellín, donde iba a disputar la final de la Copa Sudamericana, se estrelló a 17 kilómetros del aeropuerto colombiano. Fallecieron 71 de las 77 personas que viajaban. Entre ellas, integrantes del plantel, periodistas, dirigentes y funcionarios del club. Tras lo sucedido, Atlético Medellín renunció a disputar la final y el título fue para los de Santa Catarina.
Ruschel fue uno de los seis que quedaron con vida. Fue el primero en ser rescatado y el único de los tres futbolistas sobrevivientes que pudo seguir en la actividad. Y, tras poco más de cuatro años, fue el caudillo encargado de levantar la copa de la Serie B junto a Chapecoense, que, pese a que había asegurado su ascenso hace alguna semanas, se proclamó campeón recién este viernes, luego de derrotar por 3-1 al Confiança. Al alzar el trofeo, el defensor gritó al cielo los nombres de sus dos hijos. “Lucca, Marina, Papá los ama”, manifestó.
Luego de la premiación, también dedicó unas emotivas palabras a la institución: “Quiero agradecerle a Dios por la oportunidad. Sabemos que no fue fácil por todo lo que enfrentamos. Estuvimos ocho meses sin cobrar, algunos hasta un año y medio... No sé si me voy a quedar pero sí sé que llevaré conmigo a este grupo para siempre así como llevo el de 2016. Estoy feliz de haber dejado grabado una vez más mi nombre en la historia del club”.
Ahora, el Chapecoense volverá a competir en la máxima división de Brasil, con el objetivo de seguir entregándole alegrías a sus fanáticos. Con Ruschel, el sobreviviente luchador, como portador de la jineta y principal inspiración.