Rusia se juega en secreto

Equipos antiespías, entrenamientos a puertas cerradas, cláusulas para impedir fotografías o videos e, incluso, formaciones erradas que buscan la confusión del rival. Pese a los años y las nuevas tecnologías, las manías para enfrentar el Mundial cambian un poco en la forma, pero de fondo, nada.

En Rusia, muchos se tornan quisquillosos al entregar información o abrir sus guaridas para que otros ojos observen. No quieren que nada de lo que preparan lo sepa el rival, pues todo puede influir en el resultado. El más significativo es Brasil en Sochi. Allí, el Scratch ha preparado con especial secretismo su debut ante Suiza (domingo, 14.00). Se suponía que el hotel donde se hospedan, a un costado de donde entrenan, sólo lo ocuparían ellos, pero, al enterarse que ahí también duermen deportistas del Comité Olímpico Ruso, exigieron cláusulas donde se les prohibiera grabar o tomar fotografías de los entrenamientos.

El asunto es serio. Tanto, que la FIFA ha asignado a cada delegación personal antidrones capaz de bloquear señales y desactivar las cámaras que podrían registrar las prácticas. Ek brasileño Tite fue uno de los que solicitó el servicio. Se resguarda al máximo. Además, muy distinto a 2014, sus entrenamientos sólo han sido abiertos a la prensa los primeros 20 minutos, demostrando un rigor poco usual en la Canarinha.

Pero no sólo los pentacampeones temen ser observados. En el último entrenamiento de Perú antes del partido contra Dinamarca (mañana, 12.00), Ricardo Gareca alineó un once que extrañamente carecía de su capitán, Paolo Guerrero. Como es obvio, muchos apuntaron a una pequeña trampa del Tigre para despistar al rival.

Sampaoli, habitualmente estricto para resguardar la privacidad de sus entrenamientos, ha querido hacer algo parecido, manteniendo aún en suspenso la alineación de Argentina frente a Islandia (sábado, 9.00), donde la portería es la principal duda. Ni hablar de México, que ha parado seis equipos distintos para evitar cualquier duda.