UNIVERSIDAD CATÓLICA 2- 1 EVERTON

Universidad Católica: M. Dituro; R. Rebolledo, G. Lanaro, B. Ampuero, G. Voboril; I. Saavedra (88', C. Fuentes), L. Aued; J. P. Fuenzalida (85', J. Carreño), D. Buonanotte, D. Rojas (76', M. Bolados); S. Sáez.

DT: B. San José

Everton: C. Toselli; G. Alucema (70', M. Leiva), C. Suárez, L. Domínguez, D. Zúñiga; C. Rodríguez, F. Venegas (42', A. Madrid) , B. Rivera; J. Cuevas (52', I. Ochoa); A. Ramos, P. Rubio.

DT: J. Torrente

Goles: 0-1, 15', Suárez, de penal, tras mano fuera del área sancionada por Felipe González a Voboril: 1-1, 50', Sáez, de cabeza, tras tiro libre de Buonanotte; 2-1, 68', Sáez, de cabeza, tras centro de Buonanotte.

Árbitro: Felipe González. Amonestó a Aued (UC) y Rivera (E). Expulsó a Rivera, en los 49', por doble amonestación, y a Domínguez, en los 90'+4, con roja directa.

Estadio: San Carlos de Apoquindo.

La UC estaba en deuda. No solo se la reclamaban los hinchas y el entorno. En el propio camarín de la UC surgían voces de incomodidad. El equipo de Beñat San José estaba en la punta del torneo, pero su juego no convencía, no gustaba. Se daban cuenta hasta sus propios jugadores, quienes se revelaban alas ideas del entrenador para quedar en paz con sus conciencias.

Esa tranquilidad llegó ayer, con el triunfo ante Everton. Claro que tardó en producirse, porque los cruzados partieron sufriendo. Contradictoriamente, cuando ya eran evidentemente superiores en el juego al equipo de Javier Torrente y cuando transformaban el retorno de Cristopher Toselli en un permanente asedio al arquero que siempre había estado de su lado. El culpable fue el juez Felipe González, quien en una errática e inexplicable decisión, metió en el área una mano que Germán Voboril había cometido fuera de sus límites. Cristián Suárez aprovechó el regalo y abrió la cuenta.

La UC no claudicó. Lejos de eso, mantuvo la intensidad ofensiva y sobre todo, el despliegue de sus volantes. Los Diego (Rojas y Buonanotte) alternaron posiciones en la creación para abastecer a Sebastián Sáez en la ofensiva. En el fondo, Dituro no tenía demasiado trabajo. Y menos después de que el juez González, en otra deternimación errada, expulsó a Rivera por doble amonestación en una jugada en la que el viñamarino tocó claramente el balón, por más que haya entrado con fuerza a la disputa.

De hecho, el empate cruzado se produjo después de ese discutible cobro del árbitro. El tiro libre que Buonanotte envió con perfección al área del equipo ruletero encontró la cabeza de Sacha, quien comienza a responder al rótulo de goleador con el que arribó a San Carlos de Apoquindo.

La UC siguió atacando. Y, por ende, gustando. Recibía de los hinchas los aplausos que le negaba una propuesta que consideraban mezquina en función de la calidad de los jugadores que dispone y que frente a la escuadra de la Quinta Región lucieron más liberados. despojados de la excesiva responsabilidad de custodiar el sector propio.

A la idea, surgida quizás forzosamente después de la rebelión en el camarín de La Cisterna hace una semana, se le añadió un factor clave: la sociedad entre Buonanotte y Sáez, que le dio la victoria en los 68'.