"Ya se va, ya se va, Mario Salas ya se va", se escuchaba en el Monumental, al final del partido. La decepción de los hinchas se transformó en furia contra el DT tras perder ante Cobresal.
El aludido respondió con su habitual retórica. "No siento los abucheos, el sentir es de pesadumbre, pero yo tengo fe. Hay una fuerza superior que está en mí. Yo estoy a muerte con eso y, más allá del resultado, voy a seguir teniendo esta postura. Las cosas no son faciles y no nos están resultado. No pierdo la fe. Lo que digan los hinchas se respeta, pero no me compete analizar eso", expresó.
Siguiendo esa misma línea religiosa, insistió: "No me llega (la crítica). Hay uno solo que me juzga y ese es Dios, sigo creyendo en él. Esta es una situación difícil, trabajo firme cada día de la semana. Nos preparamos para ganar, no han sido buenos resultados, pero sigo con la fe intacta", expresó.
El entrenador sí tuvo autocrítica ante la paupérrima presentación del cuadro popular: "No fue un buen partido, está claro, no tuvimos las ideas ni las herramientas futbolísticas para batir a la defensa de Cobresal".
Así, se defendió de los cuestionamientos a su idea. "No es que el equipo juegue a nada, tiene una forma de jugar. Es un equipo que tiene claro sus principios de juego. Yo no me voy a amargar, no lloro sobre la leche derramada. En dos horas más tengo que pensar en lo que viene. No trabajamos para tener estos resultados", remató. Y agregó: "Es sorpresivo, no esperábamos un rendimiento así. Trabajamos para hacer las cosas distintas en el campo de juego. Tenemos que reflexionar y ver qué es lo que no estamos haciendo bien".
En ese mismo contexto, el Comandante evitó hablar de que el título ya está perdido, aunque reconoció la complejidad para alcanzarlo. "Colo Colo juega para ganar, hay que ser bastante honesto, Se nos hace lejano el objetivo de ser campeón, pero hay que seguir jugando. Colo Colo es un equipo con cultura, con raza y hay que jugar con ese ADN", sostuvo.