Colo Colo enfrenta a Everton en Viña del Mar con la obligación de buscar el paso a las semifinales de la Copa Chile. Los albos llegan con la ventaja del 2-1 en la ida y con el aliciente de haber logrado el dramático triunfo de 3-2 en el Superclásico.
Mario Salas, sin embargo, no escondió su inquietud frente a un posible bajón después de haber vencido a Universidad de Chile. "Cuando tú logras un objetivo importante dentro del club, generalmente lo que viene después es un relajo. Lo que hay que trabajar es que no se produzca esta curva descendente y que no signifique tener que remar mucho para llegar y motivarnos frente a Everton. Uno apela a los estímulos de forma personal y como equipo. Es algo que se presenta como un gran desafío y una oportunidad de mejora", comentó el jueves.
Los albos viajaron ayer a la Quinta Región sin Jaime Valdés ni Marcos Bolados, quienes terminaron resentidos en el partido frente a los azules. Pero sumaron a la delegación a Esteban Paredes, quien había tenido algunas complicaciones musculares. Eso sí, el goleador histórico estará en el banco de suplentes, para no arriesgarlo más de la cuenta, pensando en que los albos enfrentan tres partidos en siete días. También se espera el regreso a la titularidad de Carlos Carmona, luego de superar una lesión en la cadera que lo marginó por dos meses.
Un rival sin miedo
Los ruleteros, en tanto, no dosificarán y enfrentarán con lo mejor que tienen al Cacique. "No nos guardaremos nada", anunció el técnico Javier Torrente, quien acumula un par de partidos en su retorno al cuadro viñamarino.
De vencer los albos, podrían chocar con Universidad Católica en semifinales, por lo que podrían enfrentarse tres veces en los próximos días. Eso sí, los cruzados deberán superar antes a Unión La Calera.