Lo dijo Arturo Vidal el sábado tras la victoria frente a Suecia: "Estar afuera del Mundial siempre está en la cabeza". Es que es inevitable seguir lamentándose por la farra futbolística que significó quedar fuera de Rusia 2018. La Roja tuvo todo para clasificar. Sin embargo, en tierra derecha, en el momento más importante de las clasificatorias, la ostensible baja en el nivel colectivo e individual del equipo, combinada con la inoperancia de Juan Antonio Pizzi, terminaron por sentenciar la eliminación.
El sábado comenzó otro proceso. Un 4-2-3-1 dibujó Reinaldo Rueda en su debut. Buen partido de Chile en general, fue superior al rival y mereció la victoria. Los de siempre: Aránguiz, Isla, Beausejour, el enorme Vidal, Vargas y Alexis (los dos últimos quizás los más bajos) se llevaron el peso del equipo. Junto a ellos, las nuevas incorporaciones no desentonaron. Correctísimo partido de la dupla Maripán-Rocco atrás; Sagal regaló despliegue por la derecha y la media hora de Castillo da para ilusionarse.
No fue un partido de alto vuelo y el rival pareció de bajo tonelaje, pero permitió constatar que en el ADN de esta generación la agresividad y el protagonismo no varían, independiente de quién esté en la banca.
¿Recambio? No será automático ni puede ser forzado. Los nuevos deben ganarse en la cancha su lugar y los más grandes del equipo siguen estando un par de peldaños arriba. El desafío de Rueda será ir consolidando una mixtura que le permita al equipo mantener la competitividad.
En general, saldo positivo en el debut del colombiano. Si al final lo único negativo es que se trató de un simple amistoso en el que Chile actuó de sparring para un clasificado al Mundial. Un sparring de lujo, es cierto, pero nada más. Habrá que apretar los dientes y prepararse para ver Rusia 2018 con otros protagonistas, como tantas veces le pasó al hincha criollo. El mismo Vidal aseguró que hay que aprender de los errores que costaron la eliminación. Es cierto, todavía es tiempo para que esta generación siga logrando cosas importantes.
El sábado comenzó una nueva era. Ojalá que sea otro tiempo de alegrías con un grupo de jugadores que parecen seguir con ansias de triunfo. Ahora Rueda tiene la batuta. Esperemos no desentone.