Cargando un importante palmarés personal y familiar en cada salto, Rodrigo Miranda nuevamente hizo justicia a su estatus con un nuevo metal planetario. En los Juegos Mundiales de Breslavia (Polonia), Miranda fue uno de los protagonistas chilenos al conquistar una medalla de plata en el salto, con una distancia de 62,8m.

"Mi objetivo era saltar a más de 62 metros y pude lograrlo. Lamentablemente no se dio para el oro, pero contento con la plata y se la dedico a todo Chile", dijo, tras ofrecer una medalla entre muchas más al país.

A sus 35 años, y con preseas en el esquí náutico de los últimos cuatro Juegos Mundiales (oro en el overall de Taiwán 2009, plata en el salto y figuras de Duisburgo 2005 y plata en el salto de Cali 2013), el hermano del multicampeón Felipe Miranda también colecciona triunfos como una plata y dos bronces en Juegos Panamericanos, 10 preseas (un oro, tres platas y seis bronces) en panamericanos específicos, entre otras conquistas.

En su trayectoria ya son más de 10 años con medallas en las principales competencias de esquí náutico del mundo. Con ellas dio más metales a la galería de una familia que estableció las raíces de la disciplina en Chile, país que ha mandado exponentes a figurar entre los mejores del mundo en los últimos años.

Por eso Toti expresó, antes de su última gran medalla, en Polonia, que "ojalá que algún día lleguemos a ser olímpicos, porque es un deporte que puede dar muchas alegrías a Chile".

Y si ganó una presea en la cita vista como los JJ. OO. de los deportes no olímpicos, posiblemente habría subido al podio olímpico si su deporte estuviera en la cita de los cinco anillos.