El salvajismo tumba el clásico
Los proyectiles de los barrabravas hieren a Blandi y fuerzan en el minuto 72 la suspensión del partido, que ya tuvo que ser interrumpido en el primer tiempo.
Fuegos artificiales y aforo máximo, pero sin hinchas visitantes. Esa fue la disposición de las autoridades de seguridad para el duelo entre Colo Colo y Católica en el Monumental. Con eso, creían, se solucionaban los problemas de seguridad en los recintos deportivos. Sin embargo, el clásico casi termina en una tragedia. Un grupo de delincuentes lanzó pirotecnia a la cancha e hirió a Nicolás Blandi, jugador del equipo local. El árbitro Piero Maza optó por suspender el duelo en el minuto 75.
Como pocas veces, el acceso al recinto de Macul fue absolutamente expedito. Fuertes medidas de seguridad en los alrededores, con un estricto control policial a los autos que circulaban por Departamental, a solo metros de donde murió Jorge Mora, atropellado por Carabineros hace tres semanas. El de ayer era el primer partido que se jugaba en Pedrero desde la muerte del hincha albo.
Poco antes del inicio, hubo incidentes aislados entre hinchas que cortaban el tránsito y los carabineros.
En el interior del estadio, la vigilancia uniformada fue amplia. Brigadas centauro y guardias privados coparon los accesos, pero aun así fallaron en detectar los elementos prohibidos. Además, los albos no disponen de robocops (los guardias de negro, la seguridad privada con mayor dotación y formación), pues consideran que con el contingente que manejan basta y sobra para mantener al público a raya.
Este partido, catalogado como clase A, tuvo un notorio incremento en el precio de las entradas (entre $ 6.000 y $ 38.000). "Parece que cometimos un error, no tenemos el aforo que nos hubiera gustado", reconoció Harold Mayne-Nicholls, vicepresidente de Blanco y Negro. No más de 15.000 personas poblaron uno de los clásicos más vacíos que se recuerdan.
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FOTO:/AGENCIAUNO[/caption]
A los 19 minutos, desde el sector Cordillera un grupo -algunos de ellos, encapuchados- irrumpió con un lienzo en el estadio. "Los pacos mataron" y, a continuación, lanzaron una serie de fuegos artificiales y bengalas a la cancha, algunas muy cerca del arquero albo Brayan Cortés, obligando a los jugadores a retirarse. Tres minutos después ingresó un piquete de Fuerzas Especiales para disolver a los exaltados. Mientras en la mayor parte de las tribunas se gritaban consignas contra Carabineros, otro grupo de hinchas gritaba en Océano contra los que interrumpieron el juego. Recién a los 27' se reanudó. El piquete policial se quedó al borde de la cancha para reforzar a los vigilantes de amarillo.
A los 53', otra vez la pirotecnia y lanzamiento de objetos a la cancha. Esta vez desde la galería norte, donde se ubica la Garra Blanca. El juego se detuvo tres minutos por culpa de encapuchados. Entre ellos, niños muy pequeños. El juego continuó, mientras ardían algunos elementos tras el arco de Matías Dituro, levantando un humo negro por un par de minutos.
El tanto de César Pinares, el 0-2 de Católica, terminó por agitar el ambiente. Insultos a Mario Salas, tronadores y hasta un celular cayeron al lado de Dituro. Todo esto puso el escenario todavía más complejo.
La situación se agravó cuando varias bombas de estruendo impactaron en las piernas de Nicolás Blandi. Corría el minuto 72 y el público comenzó a retirarse por temor a una desgracia mayor. El árbitro Piero Maza dio por suspendido el encuentro, cuando el marcador estaba 0-2 para la visita. Ahora, la ANFP tiene 72 horas para decidir qué sucede con el partido, si se da por terminado o se juegan los minutos restantes.
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Blandi se retiró en silencio del Monumental. Se fue con un parche en la rodilla. El Sifup, a través de su cuenta de Twitter, reveló el diálogo que sostuvo con el argentino: "Nico Blandi nos manifestó estar tranquilo, mucho mejor de las lesiones en sus piernas y del trauma auditivo que lo afectó. Buena noticia, aunque mañana se someterá a algunas revisiones si la situación lo amerita". Harold Mayne-Nicholls, en tanto, agregó que "no le produjo ninguna herida a Blandi, aunque la bomba de estruendo si le dañó la piel. Está bien, pero lo que más le incomodó fue el ruido, lo hizo perder el equilbrio".
Los barrabravas ganaron y se llevaron el clásico. "Sigan hablando que el fútbol tiene que volver", gritaba Mouche dirigiéndose a los periodistas mientras dejaba el campo.
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