Al norte de Virginia, cerca de Washington, donde el coronavirus ha pegado duro en las últimas semanas, un chileno no descansa. Sammis Reyes (24 años) terminó su etapa universitaria y con eso llegó el fin del básquetbol para él. El nacional, quien disputara las últimas clasificatorias al Mundial de China, tiene en mente un nuevo objetivo: ser el primer nacional en jugar en la NFL, la primera división del fútbol americano. Un desafío de talla mundial en medio de la pandemia.
¿Por qué el cambio?
Siempre he tenido algún vínculo con el fútbol americano, desde que llegué a Estados Unidos. Miles de entrenadores trataron de convencerme. Después de high school recibí varias ofertas de universidades sin haber jugado un partido. Me fui por el camino del básquet. Hace unos meses tuve una cena con unos agentes deportivos y exjugadores que tocaron el tema. Me convencieron de que todavía tenía una chance de entrar a la NFL.
¿Qué camino le dijeron que siga?
Fui a uno de los mejores centros de entrenamiento de donde vivo. El entrenador de ahí me dijo que partiera con los chicos que estaban preparándose para el draft. Entrené con ellos durante seis semanas. Todavía tengo chances de ser drafteado, pero probablemente no va a pasar, porque no tengo muchos videos jugando. Mi gran chance era mostrarme frente a los entrenadores y eso no pasó por el coronavirus. Estoy creando videos que mi agente mandará a los equipos.
¿Tuvo que modificar su entrenamiento?
El básquetbol es muy diferente al fútbol americano. Yo jugaré de tight end, una posición en la que tienes que ser fuerte, veloz y ágil. Son jugadores altos y rápidos, entonces tengo que cubrir todas las aristas de un atleta. Debo entrenar mi velocidad y pique, que en el básquet se ve poco; además de la forma con la que atrapo el balón.
¿Sigue una pauta de trabajo?
Me dieron una. Cuando uno se prepara para el draft y para hablar con los scout, te dan un libro de 250 páginas con todos los puntos a preparar.
¿Le ha costado el cambio?
Con esto de la cuarentena tenía un par de entrenamientos agendados con diferentes equipos y que tuve que cancelar. No podemos darnos a conocer con los entrenadores, eso es difícil.
Es un vuelco drástico en su carrera.
Es un desafío increíble. Si miras una plantilla de fútbol americano, están los mejores atletas del mundo: rápidos y fuertes. Tienes que tener muchas cualidades y también ser agresivo. No es un deporte que puede jugar cualquiera, arriesgas tu cuerpo. Puedes ser tacleado por un hombre de 180 kilos y tienes que estar fuerte.
¿Le ilusiona ser el primer chileno en la NFL?
Si no estuviera convencido, nunca le hubiera dado la chance y no habría perdido mi tiempo entrenando tanto. Ahora estoy durmiendo un poco más, pero me levanto a las siete u ocho de la mañana y entreno hasta las siete u ocho de la tarde. Requiere mucha persistencia, fuerza mental y confianza.
¿Y si no se puede en la NFL?
También está la XFL, que es como la segunda liga en Estados Unidos. Ese es el objetivo en caso de no llegar a la NFL. Pero basado en lo que dice mi agente, diferentes entrenadores y la gente con la que interactúo, ellos creen que este puede ser el año en que llegue a la NFL.
¿El coronavirus alteró sus planes?
La NFL ha sido la única liga que no ha cambiado ninguna fecha. Será un draft virtual el 23 de abril. En vez de pasar frente a un comisionado, uno tendrá que darle la mano al computador. Es bueno y malo. Bueno, porque piensan que la liga avanzará y se jugará si o si. Malo, porque en mi caso nunca me he dado a conocer y los scout solo pueden ver los videos. Tendría más impacto al darme a conocer en persona.
En cuanto a su experiencia, alguna pichanga habrá jugado...
En high school jugué bastante y siempre fui re bueno. No sé por qué me demoré tanto en hacer el cambio desde el básquetbol.
¿Ya no existe el sueño de la NBA?
Hice todo lo posible. Si hubiera hecho el cambio antes, habría quedado con la espina de no saber qué hubiera pasado. Fue mi primera pasión. Ya exploré esa carrera y hasta dónde podía llegar. Estoy lo suficientemente maduro para entender que a la NBA no iba a llegar. Entonces, si la primera liga de básquet del mundo no está disponible para Samy Reyes, Samy Reyes se irá a la mejor liga de fútbol americano.
Un hombre ambicioso.
Es la única forma.
¿Extrañará algo del básquet?
Muchas relaciones y cosas que ningún deporte podrá quitar: el amor, la pasión y la historia que tengo con la pelota de básquet. Me vine a Estados Unidos súper chico a buscar el sueño de la NBA.
¿Qué puede llevar del básquet al fútbol americano?
Desde el físico. El básquet requiere mucha cordinación entre manos y ojos, estás constantemente atrapando y tirando el balón. En mi posición voy a tener que saltar y bloquear, ahí es parecido.
Usted es muy amigo de Nico Carvacho, ¿lo ve en la NBA?
Hablamos todos los días porque entrenamos juntos. Ahora estamos haciendo una rutina de salto. Con Nico nos prometimos que él será el primer chileno en la NBA y yo en la NFL. Siempre nos chequeamos y contactamos para ver cómo van nuestros avances y cómo nos podemos ayudar. Nico tiene todas las condiciones necesarias para llegar a la NBA. Lo quiero como a un hermano y le deseo lo mejor del mundo.
¿Cómo resumiría su carrera de basquetbolista?
Fue de altos y bajos, pero será la base de toda la información que quiero compartir a la siguiente generación de deportistas. Tuve una carrera que requirió irme chico de la casa, dejando a mi familia y amigos atrás. Me fui llorando del aeropuerto. Llegué a Estados Unidos con 50 dólares en el bolsillo. Pasé hambre y pena de no tener a nadie cerca en una cultura diferente, donde no hablaba ni una pisca de inglés. El básquet me ayudó a convertirme en la persona que soy, que no se rinde con nada e intenta llegar a la cima, tratando de llevar a la mayor cantidad de gente conmigo. Los chilenos nos ponemos tantos límites que quiero ser un ejemplo de que no todo será fácil, pero si le ponen ganas y corazón, se puede cumplir.
¿Por eso trabaja con Elite Training Sports, llevando chicos chilenos a entrenar a Estados Unidos?
Ese será mi vínculo para siempre con el básquet en Chile. Todo lo que hemos recopilado con los chicos y con nuesta experiencia, queremos pasarla a la mayor cantidad de gente posible, para que no tengan que sufrir tanto como yo. O si tienen que sufrir lo mismo, que entiendan que al final del túnel, siempre hay una luz.