“Sammis Reyes y el camino nunca tomado”: el primer chileno en llegar a la NFL protagoniza la nota del día en Sports Ilustrated

Sammis Reyes en la portada de Sports Ilustrated
Sammis Reyes en la portada de Sports Ilustrated

El prestigioso medio estadounidense le dedica un completo reportaje al inusual camino que recorrió el oriundo de Talcahuano hasta ganarse un sitio en la principal competencia de fútbol americano en el mundo. La publicación es una de las principales del planeta.



La llegada a la NFL transformó a Sammis Reyes en una personalidad del deporte estadounidense. Primero, por lo meritorio de haberse ganado un lugar en la principal competencia de fútbol americano en el mundo y luego, fundamentalmente, por el camino que recorrió hasta ganarse una plaza en uno de los torneos más connotados en el mundo, después de, literalmente, cambiarse de deporte. A Estados Unidos, el oriundo de Talcahuano había llegado con el sueño de transformarse en basquetbolista de la NBA

Sports Ilustrated, una de las publicaciones deportivas más prestigiosas en el mundo, recoge la inusual trayectoria del chileno. De hecho, la presenta como la historia del día en la actualización de su sitio web para esta jornada. Y le dedica un amplio reportaje que intenta resumir los pasos que dio Reyes hasta convertirse en parte de la elite del deporte norteamericano.

Una historia cautivante

“Sammis y el camino nunca tomado”, se titula la entrega que, precisamente, rescata las particularidades de la carrera de Reyes. Especialmente, la decisión de dejar el básquetbol y llegar a convertirse en parte del Washington Football Team, el equipo que confió en sus condiciones después de verlo actuar en los training camps en los que los aspirantes intentan cautivar a los reclutadores que trabajan para los distintos equipos de la liga. “Cada novato tiene una historia de origen, pero nadie tiene una como Reyes: en un nuevo continente, un nuevo idioma y, ahora, un nuevo deporte”, resalta Sports Ilustrated, a modo de introducción.

El fin de la ilusión de llegar a lo más alto en el básquetbol mundial y el giro que da para incursionar en un nuevo deporte, y también llegar a codearse con los mejores, concentran, naturalmente, el mayor desarrollo. Ahí cobra importancia su encuentro con Justin Kavanaugh, un captador de talentos que termina transformándose en una pieza clave para su futuro: es quien se aboca a traspasarle los fundamentos de la nueva especialidad, para aprovechar sus condiciones naturales. Había una inspiración que servía como antecedente: el caso de Tony González, quien en la UCLA se repartía entre el básquetbol y el fútbol americano y quien, finalmente, llegó a ser estrella en la NFL.

La reunión clave

Una reunión entre amigos terminó siendo la clave para que se produjera el giro. “Te ves como un jugador de fútbol”, le dijo a Reyes Christian Dawkins, un conocido agente que se mueve en el básquetbol universitario y que también tiene vínculos en la NBA, quien participaba del encuentro. La frase le hizo sentido al chileno, principalmente porque no era la primera vez que la escuchaba. “¿Por qué no le das una oportunidad al football?”, insistió Dawkins, activando definitivamente la inquietud.

El relato rescata ese momento como decisivo. Según cuenta, fue el momento en que el chorero Reyes se convenció de explorar esa posibilidad como una más de las apuestas que había realizado en la vida para surgir. Atrás empezaban a quedar sus sueños vinculados con el básquetbol. “Eventualmente driblearía por todo el vecindario, imitando a su ídolo, LeBron James. Soñaba con mates y riquezas en la NBA, un universo alternativo, otra vida”, describe la publicación para graficarlos. También repara en su pasado como seleccionado chileno en el deporte del balón anaranjado.

La historia de Reyes, como toda narración épica vinculada a un deportista, también supo de apreturas y necesidades. “Todos los meses, sus padres enviaban $ 50 para comida. Reyes gastaría $ 23 en proteína en polvo en Walmart y destinaría el resto a latas de frijoles, fideos ramen y frascos de mantequilla de maní y mermelada, que a veces combinaba y comía sin pan. Se hizo amigo del gerente de una tienda de donas cercana, y llegó justo antes del cierre para comprar las sobras con un descuento, 12 donas por $ 1. Luego los repartía para que duraran días”, relata, a modo de ejemplo, el reportaje.

También se remonta al momento en que Sammis aprendió inglés. “Tomó prestada una Blackberry, buscó palabras en el diccionario y las escribió. Llenó cuadernos con otras más complicados. Vio The Matrix y otras películas con los subtítulos encendidos, haciendo una pausa después de cada escena para traducir. Hizo lo mismo con las letras de rap hasta que pudo recitar todas las letras de Wu-Tang”, añade. Y también cuenta la ocasión en que Reyes, quien hoy está en la elite del deporte norteamericano y el mundo, tuvo que dormir en un banco de la plaza, porque nadie había ido a recogerlo.

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